Categoría | Salud familiar
12/04/2016
Salud: Tarea de todos
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Nos preocupamos de muchas cosas pero dejamos de lado algo que es importantísimo: el ambiente en el que nos movemos. Y es que descuidamos el ambiente exterior y el interior.
El ambiente externo es aquél al que estamos expuestos, en el que nos movemos diariamente y afecta en gran modo nuestra conducta, desempeño y claro... ¡nuestra salud! Estamos acostumbrados a que “otros” velen por él y no nos solemos preocupar por nuestra actuación propia. En general, abrimos el caño y hay agua, la electricidad llega a las casas, un micro u otra movilidad nos llevan al trabajo o adonde queramos ir y así, nuestras necesidades son satisfechas en alguna medida. Sin embargo no solemos tomar conciencia de que eso sucede y mucho más: simplemente vivimos día a día.
Todo se mueve a nuestro alrededor y en nuestro beneficio y es necesario percatarnos que somos actores y que tenemos responsabilidades. Respiramos un aire que suele estar contaminado y hace daño, sin tener en cuenta que contribuimos a que no sea sano, con las emanaciones de la basura que descuidadamente dejamos, o si tenemos vehículo, con lo que éste echa en el aire si es que es antiguo o está mal cuidado.
Arrojamos cáscaras de fruta y papeles a la calle, sin pensar que esto hace que la basura se acumule y suframos las consecuencias: miles de cáscaras y de papeles además de otros desechos son irresponsablemente echados en los lugares públicos haciendo que el medio ambiente de nuestra ciudad se degrade y se produzcan enfermedades.
Si a eso, que parece mínimo, se le suma todo lo que la ciudad desecha, los gases tóxicos de vehículos, fábricas y otros, tendremos que multiplicar un descuido por miles y así crecerá lo negativo para nosotros y para todos.
¿Cómo corregir esto? Con educación.
La que empieza por uno, por casa y por nuestra familia. Acordándonos siempre que no estamos solos y que cualquier cosa que hagamos va a afectar a los demás. El medio ambiente externo es en gran parte responsabilidad nuestra y lo que hagamos o dejemos de hacer, cuenta.
Pero el ambiente interno es también importante: nuestro “yo” y como lo cuidemos. Controlar nuestra salud corporal es un paso necesario y hacerlo con nuestra salud mental también. Si nos acostumbramos a respetar lo suficiente nuestra integridad, lo haremos también con otros. Tenemos que considerar que somos personas que vivimos en comunidad. Empecemos por nosotros mismos y miremos en nuestro alrededor: ¿estamos satisfechos con lo que vemos? Corrijamos lo que hay que corregir. De nosotros depende el medio ambiente: El externo y el de nuestro interior.
La buena salud, es cuestión de nosotros, nuestra responsabilidad.