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Salud del corazón

Riesgo Coronario: Qué Debes Saber

Por: Auna
Aug 29, 2025 11:13:47 AM

Cuidar tu salud cardíaca es esencial para mantener una buena calidad de vida. Uno de los aspectos fundamentales en la prevención de enfermedades cardiovasculares es comprender qué es el riesgo coronario, cómo afecta a tu organismo y qué acciones puedes tomar para reducirlo.

Las enfermedades cardiovasculares continúan siendo una de las principales causas de muerte a nivel mundial, por eso, comprender tu riesgo coronario y los factores que pueden comprometer la salud de tu corazón, es tan importante.

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¿Qué es el riesgo coronario?

El riesgo coronario se refiere a la probabilidad que tienes de padecer enfermedades relacionadas con las arterias coronarias, los vasos sanguíneos encargados de irrigar el corazón.

Cuando estos vasos sanguíneos se bloquean o deterioran debido a factores como el colesterol alto o la hipertensión arterial, se incrementa la posibilidad de sufrir problemas graves como la enfermedad coronaria, insuficiencia cardíaca o, incluso, la muerte.

Pero no te alarmes, porque la buena noticia es que la mayoría de los factores que aumentan este riesgo pueden ser controlados o modificados con buenos hábitos y una atención médica adecuada.

Según datos recientes de la Organización Mundial de la Salud, las enfermedades cardiovasculares causan aproximadamente 17.9 millones de muertes cada año a nivel mundial, lo que representa el 32% de todas las muertes globales.

En Estados Unidos, una persona sufre un ataque cardíaco cada 40 segundos. Estas estadísticas no buscan alarmarte, sino concientizarte sobre la importancia de conocer y gestionar tu riesgo coronario.

Riesgo Coronario

Factores de riesgo cardiovascular: Conoce a tus enemigos

Factores no modificables: Lo que no puedes cambiar

Existen ciertos aspectos de tu vida que, lamentablemente, no puedes modificar pero que influyen significativamente en tu riesgo coronario:

Edad: A medida que envejeces, tus arterias pueden endurecerse y estrecharse. Después de los 45 años en hombres y 55 en mujeres, el riesgo comienza a incrementarse significativamente.

Antecedentes familiares: Si tus padres o hermanos han sufrido enfermedades cardíacas prematuras, tu riesgo podría ser mayor. Esta predisposición genética no es una sentencia, pero sí una señal para estar más atento a otros factores.

Sexo: Tradicionalmente, los hombres han presentado mayor riesgo de enfermedad coronaria. Sin embargo, después de la menopausia, el riesgo en la mujer aumenta considerablemente, llegando a igualar o incluso superar al de los hombres en edades avanzadas.

Factores modificables: Donde tú tienes el control

La buena noticia es que muchos de los factores que contribuyen al riesgo coronario están bajo tu control:

Hipertensión arterial: La presión arterial alta fuerza a tu corazón a trabajar más duramente, debilitando sus paredes con el tiempo. Mantener valores por debajo de 120/80 mmHg es fundamental para reducir el riesgo.

Colesterol elevado: Particularmente el LDL o "colesterol malo" puede acumularse en las paredes de tus arterias, formando placas que obstruyen el flujo sanguíneo. Mientras tanto, niveles bajos de HDL (colesterol "bueno") te privan de su efecto protector para eliminar el exceso de colesterol de tus arterias.

 

Riesgo Coronario

 

Diabetes mellitus: Esta enfermedad aumenta el riesgo de desarrollar problemas cardiovasculares. El exceso de glucosa en sangre daña los vasos sanguíneos y los nervios que controlan el corazón.

Tabaquismo: Fumar daña las paredes de tus arterias y reduce el oxígeno en la sangre. Un año después de dejar de fumar, tu riesgo coronario disminuye notablemente.

Obesidad: Un índice de masa corporal elevado está directamente relacionado con mayor riesgo cardiovascular. Cada kilo extra de peso puede aumentar la carga de trabajo para tu corazón.

Sedentarismo: La falta de actividad física regular debilita el músculo cardíaco y contribuye a otros factores de riesgo como la obesidad o la hipertensión.

Estrés crónico: Aunque más difícil de medir, el estrés prolongado libera hormonas que pueden dañar tus arterias y contribuir a la inflamación.

Dieta inadecuada: El exceso de grasas saturadas, sal y azúcares, así como la falta de frutas y verduras, incrementan considerablemente tu riesgo.

Evaluación del riesgo cardiovascular: Más allá de las intuiciones

Herramientas para calcular tu riesgo

En la actualidad, existen diversas calculadoras y herramientas que permiten estimar tu riesgo coronario con bastante precisión. 

Estas utilizan algoritmos basados en estudios poblacionales de gran escala para proporcionar una estimación bastante fiable.

La escala de Framingham fue pionera en este campo, pero hoy existen otras adaptadas a diferentes poblaciones y países. 

En Europa, el SCORE (Systematic Coronary Risk Evaluation) es ampliamente utilizado, mientras que en Estados Unidos, la American Heart Association ha desarrollado su propia calculadora de riesgo.

Estas herramientas generalmente requieren datos como:
   •  Tu edad y sexo
   •  Niveles de colesterol total y HDL
   •  Presión arterial sistólica
   •  Si eres fumador o no
   •  Si tienes diabetes diagnosticada

La información resultante no solo te proporciona un número o porcentaje, sino una idea clara de si te encuentras en una categoría de bajo, moderado o alto riesgo cardiovascular.

Riesgo Coronario

Más allá de las calculadoras: Evaluación integral

Si bien las calculadoras de riesgo son útiles, una evaluación completa realizada por profesionales de la salud puede incluir pruebas adicionales como:

Electrocardiograma: Para detectar alteraciones en la actividad eléctrica del corazón.

Ecocardiograma: Proporciona imágenes detalladas de las estructuras cardíacas.

Prueba de esfuerzo: Evalúa cómo responde tu corazón durante el ejercicio.

Análisis de calcio coronario: Mide la cantidad de calcio en las arterias del corazón como indicador de aterosclerosis.

Angiografía coronaria: En casos específicos, permite visualizar directamente el estado de las arterias coronarias.

A veces, los pacientes con síndrome metabólico (una combinación de hipertensión, obesidad abdominal, niveles altos de triglicéridos, bajos de HDL y resistencia a la insulina) requieren una evaluación más exhaustiva, ya que su riesgo puede ser subestimado por las calculadoras convencionales.

Del conocimiento a la acción: ¿Qué hacer con tu nivel de riesgo?

Si tienes bajo riesgo

Incluso si tu evaluación muestra un riesgo bajo, adoptar un estilo de vida saludable desde temprano es la mejor forma de mantenerlo así. 

La prevención primaria incluye:

   •  Alimentación equilibrada rica en frutas, verduras, granos enteros y pescado
   •  Actividad física regular (al menos 150 minutos semanales de ejercicio moderado)
   •  Mantener un peso saludable
   •  Evitar el tabaco y limitar el consumo de alcohol
   •  Gestionar el estrés mediante técnicas de relajación

Riesgo Coronario

Si tienes riesgo moderado

Con un riesgo moderado, además de las medidas anteriores, es recomendable:

   •  Revisiones médicas más frecuentes
   •  Control riguroso de factores como la presión arterial y el colesterol
   •  Posible consideración de terapias preventivas según la recomendación médica

Si tienes alto riesgo

Las personas con alto riesgo cardiovascular requieren un enfoque más intensivo:

   •  Tratamiento farmacológico personalizado (estatinas, antihipertensivos, etc.)
   •   Monitoreo más frecuente de parámetros cardiovasculares
   •  Modificaciones más estrictas del estilo de vida
   •  Posible derivación a especialistas en cardiología para evaluación avanzada

La revolución tecnológica: Aplicaciones y salud cardiovascular

Más allá de la consulta médica

La tecnología ha democratizado el acceso a herramientas de evaluación y seguimiento cardiovascular. 

Hoy existen numerosas aplicaciones móviles que permiten:

   •  Calcular tu riesgo cardiovascular en cualquier momento
   •  Monitorear tu presión arterial y frecuencia cardíaca
   •  Registrar tu actividad física y calorías quemadas
   •  Analizar la calidad de tu sueño
   •  Recibir recordatorios para la toma de medicación

Estas aplicaciones no sustituyen la consulta médica, pero representan un complemento valioso para el seguimiento continuo de tu salud cardiovascular.

Wearables: El futuro ya está aquí

Los dispositivos "wearables" como relojes inteligentes y pulseras de actividad han evolucionado hasta poder detectar irregularidades en el ritmo cardíaco y medir el oxígeno en sangre.

Riesgo Coronario

Poblaciones especiales: Cuando el riesgo requiere atención particular

Mujeres: Un riesgo infravalorado

Durante décadas, la enfermedad coronaria se consideró un "problema masculino". Hoy sabemos que es la principal causa de muerte también en mujeres, aunque con algunas particularidades:

   •  Los síntomas de infarto pueden ser diferentes y menos "típicos" en mujeres
   •  El riesgo aumenta dramáticamente después de la menopausia
   •  Factores como el uso de anticonceptivos orales o antecedentes de preeclampsia modifican el riesgo femenino
   •  Las mujeres tienden a recibir diagnósticos más tardíos

Por ello, las recomendaciones actuales enfatizan la necesidad de una evaluación específica del riesgo cardiovascular en la mujer, considerando factores hormonales y reproductivos.

Jóvenes con alto riesgo: Una preocupación creciente

Aunque la edad es un factor de riesgo importante, cada vez se diagnostican más problemas coronarios en personas jóvenes.

Esto se relaciona con:

   •   Aumento de la obesidad infantil y juvenil
   •  Aparición precoz de diabetes tipo 2
   •  Sedentarismo extremo ligado a nuevos estilos de vida
   •  Estrés crónico desde edades tempranas
   •  Hábitos tóxicos como el tabaquismo o el consumo de drogas

Si eres joven pero presentas varios factores de riesgo, no dejes pasar el tiempo para recibir una evaluación adecuada.

Riesgo Coronario

Plan de acción: Transformando el conocimiento en vida

Paso 1: Conoce tu riesgo

El primer paso es siempre la conciencia. Solicita una evaluación completa a tu médico, incluyendo análisis de sangre para determinar tus niveles de colesterol, glucosa y otros marcadores relevantes.

Paso 2: Establece objetivos realistas

Una vez conocido tu nivel de riesgo, establece metas alcanzables. 

Por ejemplo:

   •  Reducir un 5-10% de tu peso si tienes sobrepeso
   •  Caminar al menos 30 minutos diarios
   •  Reducir el consumo de sal a menos de 5 gramos diarios
   •  Dejar de fumar gradualmente si eres fumador

Paso 3: Implementa cambios sostenibles

Los cambios drásticos rara vez se mantienen a largo plazo. Es preferible introducir modificaciones graduales pero permanentes en tu estilo de vida.

Paso 4: Monitorea tu progreso

Utiliza aplicaciones, diarios o consultas regulares para seguir tu evolución. Celebra tus logros, por pequeños que sean, y aprende de los retrocesos sin desanimarte.

Paso 5: Busca apoyo

El cambio es más fácil cuando no lo enfrentas solo. Grupos de apoyo, entrenadores personales, nutricionistas o simplemente amigos con objetivos similares pueden ser fundamentales para mantener la motivación.

Tu corazón, tu responsabilidad

El riesgo coronario no es simplemente una serie de números en un informe médico; representa el balance entre tus genes, tus hábitos y tu entorno. Mientras que algunos factores están fuera de tu control, muchos otros dependen directamente de las decisiones que tomas cada día.

En un momento histórico en que disponemos de más información, herramientas y recursos que nunca, la responsabilidad última sobre tu salud cardiovascular recae principalmente en ti.

Las decisiones que tomes hoy no solo afectarán tu riesgo coronario, sino en última instancia, la calidad y duración de tu vida.

¿Estás dispuesto a cuidar de tu corazón?

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También te puede interesar:

 

Organización Mundial de la Salud (2024). Enfermedades cardiovasculares. En: https://www.who.int/es/health-topics/cardiovascular-diseases#tab=tab_1

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