Categoría | Salud familiar
02/09/2019
¿Qué hago si mi bebé tiene una alergia alimentaria?
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Empezar a darle de comer alimentos sólidos al bebé es toda una nueva y emocionante experiencia, tanto para padres primerizos como para los que ya no lo son. Sin embargo, este nuevo descubrimiento de sabores puede ocasionar ciertas reacciones negativas en el cuerpo de tus hijos, a las que se les conoce como alergias; ¡pero no te alarmes! Aquí, te dejamos 3 de las alergias más comunes, y cómo puedes reconocerlas.
Alergia al Huevo
La alergia al huevo de gallina, es una de las alergias más comunes presentes en niños mayores de 12 meses. Esta alergia suele ser causada por la falta de la inmunoglobulina IgE, que se encarga de combatir las proteínas del huevo.
Los síntomas más frecuentes de la alergia al huevo son: el enrojecimiento de la piel, picazón e hinchazón de los labios y párpados. En muchos casos, se presentan problemas digestivos como vómitos, dolor de estómago y diarreas.
Los problemas respiratorios como dificultad para respirar y tragar, se presentan en una menor frecuencia; sin embargo, si tu pequeño pasa por eso, te recomendamos acudir de inmediato a tu médico de confianza.
Tratamiento
Cerca del 70% de niños que sufren de esta alergia de pequeños, llega a curarse en su totalidad. Es normal que la tolerancia a las proteínas del huevo vaya evolucionando conforme vaya creciendo el niño, por lo que el 20% de los pequeños logran librarse de esta alergia cuando cumplen 2 años, un 35% lo hace cuando cumplen los 5 años y un 65% lo logran superar cuando llegan a los 9 años.
El tratamiento para la alergia al huevo es dejar de consumirlo en su totalidad; sin embargo, esto puede ser un poco complicado ya que puedes desconocer que muchos productos procesados lo tienen en su composición. Por eso, te recomendamos, en primer lugar, prestar mucha atención a los síntomas que presenta tu hijo y luego acudir a un médico pediatra, quien podrá confirmar tus sospechas.
Alergia al pescado
La alergia al pescado es la 3ra más común en niños y la 1ra en adultos. Su origen viene de la inmunoglobina E (lgE), que hace que al ingerir este tipo de alimentos, un anticuerpo produzca una reacción exagerada y de rechazo.
Este tipo de alergia coincide con los primeros años de nuestros hijos, ya que es aquí cuando empiezan a probar estos alimentos de origen marino. Esta alergia alimentaria es generalmente hereditaria; es decir que, si uno de los padres lo tiene, el niño o niña tiene un 40% de riesgo de padecerlo.
Los síntomas más comunes son reacciones en la piel como picazón, urticaria o hinchazón. Algunos también pueden llegar a desarrollar problemas gastrointestinales como vómitos y diarreas.
Tratamiento
Existen 3 tipos de tratamientos para este tipo de alergia:
- Tratamiento sintomático: Se enfoca en calmar los malestares en el momento en que la alergia se desencadena. Se suele aplicar analgésicos y otros medicamentos para bajar la fiebre.
- Tratamiento preventivo profiláctico: Aquí, se inmuniza esta alergia al pescado por un periodo corto de tiempo a través de sprays.
- Tratamiento inmunológico: Este tipo de tratamiento es más largo y a través de inyecciones se busca, primero, verificar el tipo de alergia, para luego pasar a una dieta donde se eliminan los alimentos y sus derivados que generan estas alergias.
Todos estos tratamientos deben estar respaldados por un médico pediatra, así que, si sospechas que tu pequeño es alérgico al pescado, acude a una consulta médica con tu especialista de confianza.
Alergia a la leche
La alergia a la leche es una de las más comunes en niños menores de 3 años. Esta, se produce por una reacción contra las proteínas de la leche, incluso después de su cocción.
Los síntomas comunes de este tipo de alergias son: ronchas alrededor de la boca y en el cuerpo, hinchazón de labios y lagrimeo. También se pueden presentar náuseas, vómitos y diarreas, y en algunos casos más delicados, problemas respiratorios.
Tratamiento
Si bien la mayoría de los niños pierde la alergia a la leche dentro de los 3 primeros años de vida; pero es importante saber reconocer y tratar esta alergia a tiempo. El tratamiento más común es la eliminación total del consumo de la leche y sus derivados.
Es importante no confundir la alergia a la leche con la intolerancia a la lactosa. Las alergias se producen por una reacción en el sistema inmunológico de los niños a determinado tipo de proteína en diversos alimentos, que, cuando son ingeridos, pueden desencadenar una serie de síntomas y malestares que puede llegar a ser fatales.
La intolerancia a la lactosa, por otro lado, no involucra al sistema inmunológico. Los niños que son intolerantes a la lactosa tienen una falta de la enzima lactasa, lo cual hace que la digestión de productos que contengan esta enzima les cause náuseas, cólicos, gases y, hasta diarrea. Si bien, estos síntomas son bastante molestos, pero no llegan a ser fatales como en el caso de las alergias.