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12/04/2016
¿Amiga o enemiga?
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La tecnología y la salud
¿amiga o enemiga?
Sin duda la tecnología, específicamente las computadoras y el Internet, nos ofrecen incontables beneficios para facilitarnos la vida en casa y en el trabajo: vasta información, desde lo más serio hasta el simple entretenimiento, y herramientas que permiten organizarnos, ganar valioso tiempo y hasta divertirnos.
Sin embargo, el exceso de horas sin pausa frente a tu laptop o PC puede impactar negativamente no solo en tu salud física, sino psicológica, disminuyendo tu energía y sensación de bienestar. Si bien no se trata de patologías graves, ellas sí afectan tu calidad de vida y, a largo plazo, pueden contribuir a la aparición de enfermedades más serias.
Físicamente, los problemas generados por el uso excesivo de la computadora incluyen dolores en el cuello y la espalda, malestar en los ojos y en las piernas.
Si te gustan los videojuegos, e incluso si eres un apasionado por ver muchas horas de televisión, seguro ya haz empezado a sentir molestias en los ojos. Esto es muy común entre personas que además de pasar muchas horas frente a una pantalla, sin darse cuenta, fijan y fuerzan la vista sin parpadear. ¿Las consecuencias? Puedes empezar a tener una visión borrosa, lagrimeo excesivo, sentir dolor de cabeza o cansancio al leer o sentir picazón y tener los ojos enrojecidos. Para aliviar los síntomas, es probable que tu médico te recete lágrimas artificiales o una solución en gotas. Sin embargo, puedes prevenir el malestar descansando tu vista unos minutos luego de cada hora mirando una pantalla. Parpadea, mira hacia otro lado y ubica tu pantalla de modo que no haya reflejos.
En caso de que sufras de dolor de espalda y cuello, lo principal es preocuparte por mantener una postura saludable al sentarte. Ajusta la pantalla a la altura de tus ojos, utiliza un cojín de reposo lumbar, si es necesario, y realiza pausas de estiramiento por cada hora que permaneces sentado.
El sedentarismo y la inactividad también pueden producir que tengas molestias en las piernas, debido a una mala circulación de la sangre. Evita cruzar las piernas mientras estás sentado y coloca las piernas sobre un descanso por debajo de la mesa. Acaba con la sensación de fatiga propia de una vida sedentaria, compensando tu rutina con actividad física moderada como caminar, montar bicicleta, nadar, e, incluso, con una reconfortante sesión de masajes. ¡Tu cuerpo necesita movimiento!