Categoría | ABC
12/04/2016
La cabeza me estalla...
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Se le llama generalmente solo “infarto” cuando lo correcto es decir un infarto del miocardio. El infarto es la muerte de un órgano o tejido por causa de la falta de sangre y posteriormente oxígeno (necrosis isquémica).
El infarto del miocardio se produce por un esfuerzo grande que realiza el corazón al tratar de bombear sangre al sistema cuando esto es difícil por la obstrucción de las arterias, por ejemplo. Los síntomas que lo anuncian pueden ser muy variados, porque a veces es un dolor al pecho, otras la sensación de “llenura” (como si se hubiera comido mucho), o rigidez en la mandíbula, dolor en la espalda, o ningún indicio especial.
La vida moderna y el que las personas quieran llevar su ritmo, que suele ser frenético, puede provocar un infarto del miocardio. Si a ello sumamos la alimentación, que suele abundar en comidas que engordan y aumentan el colesterol que adelgaza las arterias llegando a obstruirlas, fumar, tomar alcohol y no realizar ejercicio físico, estaremos uniendo una serie de factores altamente negativos, de los que uno solo ya es sumamente peligroso.
El infarto al miocardio supone la ruptura del músculo y no es cierto que existan los “infartos leves”, estos son siempre infartos y deben ser atendidos de inmediato. Tampoco existen los “pre infartos”. Uno tiene o no tiene el infarto. Estos suelen ser los síntomas de un infarto, que a veces incluyen dolor en el brazo, sudores fríos y sensación de falta de aire. Los síntomas son muchos, como hemos visto.
Es muy importante la atención a tiempo, de un médico porque el infarto es una emergencia y de su oportuno tratamiento puede depender la vida.
Lo mejor para prevenirlos es tratar de llevar una vida ordenada y sana, que incluya ejercicio y alimentación bien balanceada. No se debe fumar y el alcohol hay que tomarlo muy moderadamente. Es de gran importancia vigilar el peso corporal, pues un exceso de grasa no solo es dañino, sino que demuestra un abandono de toda medida saludable.
Los caracteres “coléricos” deben temperarse, pues el mal humor permanente o violento, es dañino no solo para el corazón sino para la salud en general.
Revisado por la Dirección Científica y Académica de Auna