¿Te ha pasado que, tras un día agitado te has despertado sobresaltado y con un fuerte dolor prolongado en las piernas que puede durar varios minutos de molestia y tormento? Esto es lo que se conoce como calambre nocturno.
Todos, en algún momento de nuestras vidas hemos pasado por esto, y es que sucede por tantos motivos y malos hábitos que pasan desapercibidos en nuestras vidas. Si bien, esto suele ser común, puede prevenirse y aquí te enseñaremos cómo.
Las causas de los calambres nocturnos no son del todo claras; sin embargo, existen ciertos factores que podrían estar involucrados en su origen, aumentando la probabilidad de sufrir estos molestos sucesos. Entre los factores más comunes, están:
- Hacer repentinamente mucho ejercicio; también, hacer ejercicios sin calentamiento previo.
- Pasar demasiado tiempo sentado.
- Tener sobrepeso o estar en periodo de gestación, ya que el peso es mayor en esta etapa.
- Pasar demasiado tiempo de pie.
- Tener anemia, como también bajos niveles de calcio, magnesio, potasio o sodio.
- Tener problemas de circulación sanguínea.
- Las infecciones bacterianas o por virus.
- La ingesta de medicamentos para la presión arterial.
- Ingerir alimentos o bebidas diuréticas, ya que eso altera los niveles de electrolitos.
- El alcoholismo, o en el peor de los casos, padecer de cirrosis.
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¿Cómo aliviar los calambres?
Por lo general, cuando ya estamos pasando por este molesto momento, la cura más rápida es darnos masajes en las pantorrillas y los pies (sitios donde los músculos suelen entumecerse, causándonos calambres) hasta que, naturalmente, se pasen los calambres.
Aun así, hay ocasiones en las que el dolor persiste y para eso, también existen otros métodos que podrían aliviarlos y dejarte retomar el sueño plácidamente:
- Levántate y camina en tu habitación; esto relajará tus músculos.
- Utiliza una compresa caliente y colócala sobre la zona afectada por diez minutos aproximadamente.
- Estira la pierna y elévala, flexionando el pie en dirección a la cabeza, para disminuir el espasmo muscular.
- Flexiona los dedos de tus pies hacia arriba, si el calambre se concentra en esta zona.
- Aplica hielo sobre la zona entumecida, esto reduce la inflamación.
- Incrementar tu consumo de alimentos nutritivos y orgánicos: Que tus favoritos sean las frutas y vegetales ricos en magnesio, potasio y hierro como: plátanos, uvas, frutos secos, arroz integral, espinaca, etc.
- Evitar las harinas refinadas: Además de hacer que tu peso incremente innecesariamente, no tienen nutrientes suficientes.
- Ingerir productos lácteos: Tales como el queso o yogurt, para mantener adecuados los niveles de calcio.
- Realizar estiramientos antes de dormir: Que sean simples; esto relajará tus músculos antes de dormir.
- Hidratarte: Toma mucha agua y además, realízate masajes en las pantorrillas y pies con cremas hidratantes antes de dormir.
- Usar zapatos cómodos: Si tu trabajo implica estar de pie durante largos periodos de tiempo, procura que tus pies estén a gusto y tengan el soporte que necesitan. Evita los tacones altos.
- Hacer ejercicios con frecuencia: Que sea una rutina moderada; de ese modo, tus músculos no sufrirán la sobre-exigencia. ¡Recuerda hacer calentamiento antes de tus ejercicios!
- Toma un baño antes de dormir: Esto favorecerá la circulación de la sangre.
Si bien, es una situación molesta por la que muchos han pasado alguna noche mientras dormían; existen diversas formas de prevenirlos, y sobretodo, estar pendiente, ya que es un signo de que podemos estar descuidando algo importante en nuestro cuerpo.
¿Los calambres persisten? No dudes en visitar a tu médico de confianza para que te otorgue la mejor solución.