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Ataque Cerebral
Categoría | ABC
12/04/2016

Ataque Cerebral

Índice de contenidos

¿Qué es?
El ataque cerebral no es una enfermedad, es una urgencia médica que provoca daños cerebrales severos, secuelas físicas y mentales irreversibles e incluso la muerte. Existen dos tipos de ataque cerebral: el ataque cerebral isquémico –que es el más común, pues se presenta en el 80 % de los casos – y el ataque cerebral hemorrágico. En ambos casos, las células cerebrales se debilitan o mueren –si mueren no pueden ser reemplazadas nuevamente –.También se encuentra el ataque isquémico transitorio el cual es más leve que los dos anteriores.
Esta afección es una de las principales causas de muerte en países como Estados Unidos.
¿Cómo se ocasiona?
Las causas dependen del tipo. Un ataque cerebral isquémico ocurre cuando un coágulo bloquea un vaso sanguíneo. Dicho coágulo puede formarse en el mismo vaso sanguíneo –trombosis– o provenir de otra parte del cuerpo y posicionarse en el cerebro –embolia–Entonces el oxígeno y la sangre no llegan al cerebro y las células cerebrales pueden morir. El ataque cerebral isquémico transitorio se produce cuando el bloqueo del vaso sanguíneo es breve.
Por su parte, el ataque cerebral hemorrágico o derrame cerebral se produce cuando un vaso sanguíneo del cerebro se debilita, se rompe y la sangre se derrama.
En ambos casos la parte del cerebro en la que se encuentra el vaso sanguíneo se ve afectada, así como toda la parte del cuerpo que le corresponde.
Asimismo, existen algunos factores de riesgo para un ataque cerebral como la hipertensión arterial, la diabetes, el colesterol alto, la obesidad, el sedentarismo, el alcoholismo, fumar en exceso, y la drogadicción.Otras causas son la edad avanzada, el factor hereditario, el género (los hombres son más propensos) y los antecedentes médicos personales.
¿Cuáles son los síntomas?
Un ataque cerebral detectado a tiempo puede marcar la diferencia. Por ello debe acudir inmediatamente al centro de salud más cercano si presenta los siguientes síntomas: debilidad o entumecimiento repentino en la mitad de la cara, un brazo o una pierna; dificultad o confusión en el habla y el entendimiento; problemas de visión en un ojo o en ambos; falta de equilibro y concentración, y dolor de cabeza súbito muy agudo.
Tratamiento
Una vez que el paciente ingrese al centro médico deberá de pasar una serie de exámenes para determinar su estado. De acuerdo a ello se debe compensar su estado a través de medicamentos o, si fuera necesario, una intervención quirúrgica.
Una vez que el paciente se encuentre estable, deberá iniciar las terapias de rehabilitación. Estas ayudarán a recuperar las facultades corporales que se pierden luego del suceso que pueden ser coordinación de movimientos en el cuerpo, trastornos sensoriales, problemas en el uso o entendimiento del lenguaje, problemas de memoria y trastornos emocionales.
De acuerdo a la gravedad de las lesiones, las sesiones de la terapia pueden durar meses o años y los progresos que se alcancen dependen de cada caso.
¿Cómo se previene?
Si presenta alguna de las condiciones arriba mencionadas como factores de riesgo y otras causas, entonces acuda al médico con frecuencia para mantenerlas controladas.
Revisado por la Dirección Científica y Académica de Auna

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