Categoría | Salud familiar
12/04/2016
¿Amigo o enemigo?
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La computadora en la casa, que es una herramienta muy útil y un centro de diversión, puede convertirse en un verdadero peligro, sobre todo para nuestros hijos, si no se le presta la atención debida y a lo que ellos hacen ahí.
“Navegar” puede significar que tengan acceso a cosas que normalmente estarían fuera de su alcance y que podrían tener consecuencias negativas en cuanto a su conducta.
La computadora, qué duda cabe, es una maravilla que pone al alcance de quien lo usa, una cantidad increíble de información. Alguien dijo que todo el saber del mundo está al alcance de un click si es que se sabe buscar; pero así como es algo positivo, también puede volverse en contra de quien lo usa. Si bien existe al alcance de los padres un control que permite programar lo que los niños pueden ver, evitando problemas mayores, este control podría no estar no funcionando y el acceso ser prácticamente ilimitado. El mundo de Internet es gigantesco y allí se albergan desde juegos inofensivos hasta recetas para asesinar a alguien, pasando por una incontable serie de temas. El secreto es uno: educar.
Muchas veces la computadora se usa para jugar y se generan adicciones nocivas. No es que el o los juegos sean malos en sí, sino que el juego repetido puede traer diversas consecuencias que afectarán el comportamiento de las personas.
Un computador usado indiscriminadamente puede convertirse en una obsesión, además de los efectos colaterales que podría tener. La pérdida de atención y de interés hacia lo útil; vivir en una especie de burbuja, donde toda la realidad es filtrada, podría ser otra consecuencia.
Para los niños de hoy, el universo digital es absolutamente normal y se dice, no sin razón, que ser “nativo digital” es lo corriente. Los niños parecen “nacer sabiendo” y el computador en cualquiera de sus versiones personales se convierte en una extensión más de vida. Esto, que puede parecer exagerado o de ciencia ficción, es la pura verdad y se podría estar creando una relación de dependencia entre el hombre y la máquina. Los jóvenes de hoy, se dice, son “apretadores de botones” que encuentran los caminos fáciles para todo. La tecnología se los permite y cada vez son más los que siguen tendencias que aquellos que las crean.
No se trata de echar culpas, la computadora debe ser un amigo y no un enemigo. Instruir corresponde a la escuela. Educar, a los padres.