Incontinencia o pérdida involuntaria de orina y ganas frecuentes de ir al baño son algunos de los síntomas de la vejiga hiperactiva. Por lo general, se considera que si necesitamos orinar más de ocho veces durante el día y dos o más por la noche, podemos estar ante este síndrome.
Una vejiga puede ser hiperactiva por múltiples causas (que veremos a continuación), y afecta mayormente a mujeres y adultos mayores. Definitivamente, es una condición incómoda, pero que puede tratarse con ejercicios, medicación o siguiendo ciertas medidas.
Para contestar a esta pregunta será necesario primero entender qué es y cómo funciona la vejiga. Esta es el órgano donde se almacena la orina que producen los riñones. Se trata de un músculo en forma de bolsa, que puede contener unos 500 mililitros de orina.
Cuando empezamos a sentir que la vejiga se está llenando, es porque aún está a la mitad de su capacidad. La frecuencia con la que necesitemos orinar dependerá de varios factores, principalmente de cuánto líquido tomemos, y si consumimos bebidas diuréticas.
La actividad normal de la vejiga puede ser afectada por trastornos neurológicos, como por ejemplo la esclerosis múltiple, el mal de Parkinson, las lesiones en la médula espinal o los derrames cerebrales. Otras veces, se origina por la debilitación del músculo pélvico, como puede ocurrir después de un embarazo.
Otras causas son los traumatismos nerviosos (a raíz de una cirugía de espalda o pelvis), así como el sobrepeso, la diabetes y algunas infecciones. Como vemos, los orígenes de la vejiga hiperactiva pueden ser muy diversos, lo que muchas veces dificulta su tratamiento.
Como ya indicamos, el síntoma más común es sentir la necesidad de ir al baño más de ocho veces al día. Muchas veces, esto se presenta de manera urgente y repentina. Incluso podemos sufrir de incontinencia o pérdida involuntaria de orina. Se estima que entre el 10 y 20% de personas sufren estos síntomas en algún momento.
Lo primero que se recomienda es abandonar el consumo de bebidas diuréticas, como el alcohol y la cafeína. También es de ayuda eliminar las gaseosas o el agua con gas, y no tomar líquidos antes de dormir. Sin embargo, no se recomienda ingerir menos líquido durante el día, ya que la orina concentrada puede irritar la vejiga.
Por otra parte, al ser el sobrepeso otra causa frecuente (ya que los músculos del abdomen presionan la vejiga), es aconsejable realizar actividad física. Asimismo, el tabaco puede ser un agente desencadenante de vejiga hiperactiva, ya que tiende a irritar los músculos de este órgano. Por ello, es importante dejar de fumar.
El tratamiento de este síndrome también puede incluir técnicas como el re entrenamiento de los músculos pélvicos para controlar la vejiga. El paciente debe establecer una frecuencia razonable para ir al baño (cada 2 o 4 horas, por ejemplo), e intentar cumplirla.
En caso de que se sienta la necesidad urgente, se aconseja que la persona se ponga de pie, quieta, y haga fuerza para retener la orina, hasta que la sensación de urgencia pase. Si la urgencia persiste, se puede ir al baño. Es necesario ser paciente, porque este tipo de terapias toman por lo menos un par de meses en dar resultados.
Por último, el médico puede optar por prescribir un tratamiento con medicamentos, que ayudan a que los músculos de la vejiga se relajen y no se estén contrayendo en momentos inoportunos. Sin embargo, algunos fármacos convencionales pueden causar sequedad de la boca, náuseas, estreñimiento e incluso taquicardia.
Si observas que la frecuencia con la que necesitas orinar y la sensación de urgencia ha aumentado, acude a un especialista. Él podrá prescribirte el tratamiento adecuado y darte las indicaciones necesarias para superar esta condición.