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Toxoplasmosis
Categoría | ABC
12/04/2016

Toxoplasmosis

Índice de contenidos

¿Qué es?
La toxoplasmosis es una enfermedad infecciosa.
¿Cómo se ocasiona?
La toxoplasmosis la produce un parásito: el Toxoplasma gondii. Los gatos son los huéspedes definitivos de este parásito; se encuentra a nivel mundial en muchas especies de animales y aves.
Los seres humanos pueden contaminarse con la infección por transfusiones de sangre o el trasplante de órganos sólidos; por comer carne cruda o mal cocida de res, cordero o cerdo; por ingerir tierra contaminada, por mal manejo de los excrementos del gato (lo que podría llevar a consumir por accidente partículas infecciosas); la toxoplasmosis también ataca a quienes tienen sistemas inmunitarios débiles o se puede transferir de una madre gestante, infectada, al bebé a través de la placenta (la toxoplasmosis congénita).
¿Cuáles son los síntomas?
Al principio los síntomas pueden no existir y suelen aparecer cerca de 1 a 2 semanas del contacto con el parásito. La toxoplasmosis es una enfermedad capaz de afectar al cerebro, al pulmón, al corazón, al hígado o a los ojos.
Aún en las personas con un sistema inmunitario fuerte, se inflaman los ganglios linfáticos en la cabeza y cuello, se produce fiebre y dolores de cabeza; hay dolores musculares y de garganta. Se puede dar una enfermedad leve, parecida a la mononucleosis (infección viral que causa fiebre, dolor de garganta e inflamación de los ganglios linfáticos, especialmente en el cuello).
Aquellos con un sistema inmunitario debilitado sufren de confusión, fiebre, convulsiones, dolores de cabeza y visión borrosa causada por la inflamación de la retina.
Tratamiento
Hay que acudir al médico apenas aparezca algún síntoma o se sospeche que se ha estado en una situación de riesgo que pueda favorecer el contagio infeccioso. Es el profesional en medicina quien diagnosticará y va a recomendar el tratamiento pertinente.
La recuperación suele ser buena aún en personas con sistemas inmunitarios deficientes, siempre y cuando sigan el tratamiento recomendado. La enfermedad puede volver a dar.
¿Cómo se previene?
Lavándose bien las manos después de manipular carne cruda, no consumiendo carnes crudas o mal cocidas; protegiendo las áreas donde juegan los niños para evitar excrementos de perros o gatos; lavándose bien las manos después de estar en contacto con el suelo que es posible esté contaminado con heces de animales.
Quienes tengan sistemas inmunitarios debilitados y las mujeres embarazadas no deberán limpiar las cajas de deshechos de los gatos ni tocar nada que pueda contener heces de gato. No tocar por ninguna razón nada que pueda estar contaminado por insectos (cucarachas, moscas, etc.) que hayan estado expuestos a las heces de los gatos.
Revisado por la Dirección Científica y Académica de Auna

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