La torcedura de pie y tobillo es una de las lesiones más comunes que puedes experimentar, especialmente si eres una persona activa o practicas deportes. Este tipo de lesión suele producirse al girar el pie en una posición forzada, estirando o desgarrando los ligamentos que sostienen la articulación del tobillo.
Tanto adultos como deportistas, e incluso personas que realizan actividades diarias, pueden sufrir un esguince de tobillo o pie en cualquier momento.
Conocer los tipos de esguinces, su gravedad y las opciones de tratamiento puede ayudarte a manejar esta lesión de forma adecuada y reducir las complicaciones a largo plazo.
Qué es una torcedura de pie y tobillo
La torcedura de pie y tobillo, también conocida como esguince de tobillo, ocurre cuando se fuerzan los ligamentos del tobillo más allá de su rango normal de movimiento, lo que puede suceder al practicar deporte, bajar escaleras, o simplemente al caminar en terrenos irregulares.
Los ligamentos son estructuras de tejido que conectan los huesos y mantienen la estabilidad de las articulaciones.
Cuando sufres una torcedura, los ligamentos se estiran e incluso pueden desgarrarse.
La gravedad de la lesión dependerá del grado de daño sufrido por estos ligamentos.
Tipos de esguinces de tobillo
La mayoría de las torceduras de tobillo pueden clasificarse en tres grados de acuerdo a su gravedad:
Grado I: Es el más leve y se caracteriza por un estiramiento o desgarro leve de las fibras del ligamento. Este tipo de esguince de tobillo suele presentar hinchazón y dolor moderado, pero permite cierta movilidad.
Grado II: En este caso, el daño es mayor y el desgarro de las fibras del ligamento es parcial. Aquí, el tobillo muestra una hinchazón más marcada, hematomas, y una mayor dificultad para soportar peso.
Grado III: Es el esguince más severo, con una rotura completa del ligamento, lo que causa dolor intenso, inflamación significativa y, en algunos casos, una inestabilidad articular que puede requerir una férula o tratamiento quirúrgico.

Causas de una torcedura de pie y tobillo
Las causas principales de esta lesión incluyen la práctica de deportes que requieren movimientos bruscos, como fútbol, baloncesto o deportes de contacto.
Sin embargo, acciones simples como caminar en una superficie irregular o bajar escalones también pueden provocar una torcedura en el pie o tobillo.
Las personas que realizan actividades en las que el pie está expuesto a cambios rápidos de dirección también tienen mayor riesgo de sufrir un esguince.
Síntomas y diagnóstico
Los síntomas de un esguince de tobillo incluyen:
- Dolor en el lado afectado, que aumenta al intentar mover el pie.
- Hinchazón en la zona del tobillo.
- Hematomas y decoloración de la piel.
- Dificultad para soportar peso sobre el pie afectado.
Para confirmar el diagnóstico, el médico o especialista realiza una exploración física de la articulación, revisando la estabilidad y el movimiento del tobillo.
En algunos casos, se recomienda realizar una radiografía para descartar fracturas, especialmente si el paciente no puede soportar peso sobre el tobillo.
También pueden realizarse otros estudios de imagen, como una resonancia magnética, para evaluar el estado de los ligamentos y tejidos involucrados.
Tratamiento para una torcedura de pie y tobillo
El tratamiento de una torcedura de pie y tobillo dependerá de la gravedad de la lesión:
Reposo y protección de la articulación: En casos leves, es esencial permitir que el tejido afectado se recupere evitando cualquier actividad que implique presión sobre el tobillo. Puedes utilizar tobilleras o un vendaje para estabilizar la zona.
Aplicación de hielo: El uso de hielo es una medida eficaz para disminuir tanto la inflamación como el dolor durante las primeras 48 horas después de la lesión. Se recomienda aplicarlo de 15 a 20 minutos en intervalos varias veces al día, teniendo en cuenta que es importante evitar el contacto directo del hielo con la piel para prevenir irritaciones o quemaduras por frío.
Compresión: Utilizar un vendaje elástico permite limitar el movimiento y reducir la hinchazón. Es importante no apretar demasiado para evitar problemas de circulación.
Elevación del pie: Mantener el pie elevado sobre el nivel del corazón ayuda a reducir la hinchazón y mejora la circulación sanguínea en la zona afectada.
Ejercicios de rehabilitación: Una vez que el dolor inicial disminuye, es necesario realizar ejercicios suaves para fortalecer los ligamentos y recuperar el rango de movimiento. Los ejercicios específicos de equilibrio y fuerza ayudan a prevenir futuras lesiones.
Uso de calzado adecuado: Un calzado adecuado proporciona soporte y estabilidad al pie y tobillo, reduciendo el riesgo de torceduras recurrentes.
Recuerda siempre seguir las recomendaciones de un especialista antes de comenzar cualquier rutina de rehabilitación, ya que la adecuada recuperación del tobillo es fundamental.
Complicaciones de los esguinces de tobillo
En algunos casos, los esguinces de tobillo pueden causar complicaciones si no reciben la atención adecuada.
La inestabilidad crónica del tobillo es una complicación común en quienes han sufrido múltiples esguinces sin el tratamiento correcto.
Además, la rotura de ligamentos sin sanar correctamente puede debilitar la articulación, aumentando el riesgo de sufrir un esguince nuevamente.
En situaciones extremas, se puede necesitar cirugía para reparar los ligamentos dañados.
Prevención de torceduras y esguinces
Para reducir el riesgo de sufrir un esguince de tobillo:
- Fortalece los músculos y ligamentos con ejercicios específicos.
- Usa calzado adecuado para la actividad que realices.
- Evita superficies irregulares y movimientos bruscos.
- Realiza un calentamiento adecuado antes de la práctica deportiva.
Cuándo consultar a un médico
Si bien la mayoría de los esguinces se recuperan con medidas simples de reposo y cuidado en casa, es importante buscar atención médica en caso de:
- Dolor intenso y persistente.
- Imposibilidad para soportar peso.
- Hinchazón severa o presencia de hematomas.
- Dificultad para mover el pie o tobillo.
- Sospecha de una fractura o rotura completa del ligamento.
Un especialista en traumatología o un médico deportivo puede brindarte una evaluación detallada y establecer el mejor tratamiento en función de la gravedad de la lesión.
Ejercicios de rehabilitación para el tobillo
Tras sufrir un esguince, es importante realizar ejercicios específicos de rehabilitación.
Estos ejercicios ayudan a restaurar la movilidad y fortalecen los ligamentos del tobillo.
Los movimientos de inversión y eversión del pie, así como el fortalecimiento de la planta del pie y el tendón de Aquiles, son ejercicios claves para una recuperación completa.

Casos de torceduras severas
En casos severos de torcedura, como cuando hay fracturas o desgarros completos del ligamento, el tratamiento puede incluir el uso de una férula o, en raras ocasiones, cirugía.
En estos casos, la intervención se realiza para restaurar la estabilidad del pie y prevenir futuras lesiones.
Sufrir un esguince de tobillo puede afectar la actividad diaria y limitar la práctica de deportes u otras actividades.
Con el cuidado adecuado, la mayoría de los esguinces se resuelven sin problemas.
Sin embargo, es importante seguir las recomendaciones del médico y tomar medidas preventivas para proteger las articulaciones y evitar que una lesión menor se convierta en un problema crónico.

Biblioteca Nacional de Medicina (2022). Atención postratamiento en el hogar para un esguince del pie. En: https://medlineplus.gov/spanish/ency/patientinstructions/000652.htm