El parto seco, también conocido como un parto en el que hay escasez o ausencia de líquido amniótico, es un término rodeado de mitos y conceptos erróneos. A pesar de lo que el nombre sugiere, en realidad no existe un parto completamente seco, ya que el cuerpo sigue produciendo líquido amniótico incluso después de la rotura de la bolsa. Aquí te explicamos lo que debes saber sobre esta condición, los riesgos que conlleva y qué medidas tomar para asegurar el bienestar de la madre y el bebé.
Qué es el parto seco
El parto seco se refiere a una situación en la que la bolsa amniótica, que contiene el líquido responsable de proteger al bebé durante el embarazo, se rompe antes de que comience o durante el trabajo de parto.
Esta ruptura prematura de las membranas, que ocurre alrededor de las 37 semanas, es conocida como PROM por sus siglas en inglés (Prelabor Rupture of Membranes). Cabe recalcar que se diferencia de la Ruptura Prematura de Membranas Pretérmino (PPROM), la cual representa un riesgo considerable para el bebé si ocurre antes de las 34 semanas. Además, el manejo de los casos de ruptura prematura de membranas se determina según la edad gestacional al momento de la ruptura.
Este término a menudo se refiere a la creencia de que dar a luz sin líquido amniótico es peligroso, pero en realidad, el cuerpo sigue produciendo líquido amniótico incluso después de que el saco amniótico se haya roto.
Esta producción se mantiene hasta el momento del nacimiento.
Función del líquido amniótico
El líquido amniótico es crucial para el desarrollo del bebé. Protege al feto de golpes, mantiene una temperatura estable y permite que los pulmones y el sistema digestivo del bebé se desarrollen correctamente.
La pérdida prematura de este líquido puede complicar el trabajo de parto y aumentar el riesgo de infección tanto para la madre como para el bebé.
Causas de la rotura prematura de membranas
Existen diversas razones por las que puede ocurrir la rotura del saco amniótico antes de tiempo.
Entre las principales causas se encuentran:
- Infecciones uterinas o vaginales.
- Exceso de líquido amniótico (polihidramnios).
- Déficit de líquido amniótico, conocido como oligohidramnios.
- Factores externos, como un trauma abdominal.
Complicaciones del parto seco
Un parto seco o la rotura temprana de membranas puede generar complicaciones tanto para la madre como para el bebé, incluyendo:
- Infección: Sin el líquido amniótico, el riesgo de infección aumenta, ya que el saco amniótico deja de proteger al feto de bacterias y otros patógenos.
- Problemas en el parto: Al perder parte del líquido que amortigua el cordón umbilical, este puede comprimirse, lo que puede disminuir el suministro de oxígeno al bebé durante las contracciones.
- Parto prematuro: En algunos casos, la pérdida de líquido puede inducir un parto antes de término, con todos los riesgos asociados para el bebé, como problemas respiratorios y dificultades para regular su temperatura.

¿Cómo saber si el saco amniótico se ha roto?
Los signos de que tu bolsa se ha roto pueden variar. Algunas mujeres experimentan un chorro repentino de líquido, mientras que otras notan un goteo lento y continuo.
Este líquido suele ser claro, aunque en ocasiones puede tener un color amarillo o marrón si hay presencia de meconio (las primeras heces del bebé).
Si sospechas que tu bolsa amniótica se ha roto, es importante que anotes el color del líquido y te comuniques con tu médico.
Dependiendo de tu situación, tu médico te recomendará continuar el trabajo de parto en casa o ir al hospital para un mayor monitoreo.
Mitos y realidades del parto seco
Uno de los grandes mitos es que un parto sin líquido amniótico es extremadamente peligroso o doloroso.
En la realidad, el cuerpo de la mujer sigue produciendo líquido amniótico hasta el nacimiento, y aunque puede ser menor en cantidad, rara vez es completamente inexistente.
Además, los médicos monitorean de cerca el estado del bebé y, en muchos casos, pueden recurrir a una amnioinfusión, que consiste en introducir solución salina en el útero para aumentar el volumen de líquido.
Tratamientos y manejo del parto seco
Si la bolsa se rompe antes de tiempo, el tratamiento dependerá de varios factores, como la etapa del embarazo y el estado de salud de la madre y el bebé.
Entre las medidas que los médicos pueden tomar se encuentran:
- Monitoreo para detectar signos de infección o sufrimiento fetal.
- Reposo en cama o la restricción de ciertas actividades físicas.
- Inducción del parto: Si el líquido es escaso o hay riesgo de infección, el médico puede decidir inducir el trabajo de parto.
- Amnioinfusión, que ayuda a aumentar temporalmente el volumen de líquido amniótico y aliviar la compresión del cordón.
Prevención y cuidados
Aunque no siempre es posible prevenir un parto seco, ciertos hábitos pueden reducir el riesgo de complicaciones.
Mantenerte bien hidratada durante el embarazo es esencial, ya que la deshidratación puede disminuir la cantidad de líquido amniótico.
Las ecografías regulares permiten a los médicos monitorear el volumen de líquido y detectar problemas a tiempo.
Es fundamental seguir las recomendaciones de tu equipo médico y acudir a todas las citas prenatales para evitar cualquier complicación.
En la mayoría de los casos, un parto seco bien manejado no representa un peligro grave para ti ni para tu bebé.

Reflexiones finales
El concepto de parto seco ha sido malinterpretado a lo largo de los años, y aunque puede presentar ciertos riesgos, con la atención médica adecuada y un monitoreo constante, la mayoría de las mujeres dan a luz sin complicaciones graves.
Es esencial mantener una comunicación abierta con tu médico y estar atenta a cualquier cambio en tu cuerpo, especialmente en las últimas etapas del embarazo.
Con el apoyo de un equipo médico competente, puedes estar tranquila y enfocarte en el bienestar de tu bebé y en el emocionante momento de dar a luz.

National Institutes of Health (2017). What are some common complications during labor and delivery? En: https://www.nichd.nih.gov/health/topics/labor-delivery/topicinfo/complications