La otitis es una infección al oído. La más común se llama otitis media y es, como su nombre lo sugiere, la infección e inflamación del oído medio, que se encuentra localizado detrás del tímpano.
Puede ser por acumulación de líquido en la trompa de Eustaquio, que es la que drena el líquido del oído medio. Esto puede causar infección.
Puede bloquearse la trompa de Eustaquio por cualquier cosa y se acumulan en ella líquidos como exceso de moco o agua, que pueden entrar al oído al bañarse. El humo del tabaco también puede producir irritación e inflamación.
En verano el agua de piscinas o del mar, podría estar contaminada y al ingresar allí producir infección. Ciertas alergias también pueden causarla, así como resfriados.
Los síntomas de la otitis pueden comenzar después de haber tenido un resfriado. Lo más común es el dolor de oído y en los bebés se nota irritabilidad y llanto.
Las personas mayores advierten dolor de oído, sensación de “llenura” en el oído, a veces tienen vómitos o hipoacusia (pérdida parcial de la capacidad auditiva) en el oído que está afectado.
Puede haber malestar general y si hubiese una secreción súbita de líquido de color amarillo o verde, puede tratarse de la rotura del tímpano.
Ante cualquier síntoma debes acudir al médico de la especialidad de Otorrinolaringología, quien determinará el tipo de tratamiento. No hay que automedicarse, ni seguir los “consejos” de nadie que no sea médico y haya examinado al paciente.
Es importante prevenir la otitis, especialmente en los bebés y niños, para lo cual hay que:
Los adultos deben cuidar que no se introduzca o “quede” agua en el oído, pues así se pueden provocar las infecciones y tener cuidado también con las piscinas públicas y la playa, por la posibilidad de agua contaminada y la subsecuente posible infección.
Revisado por la Dirección Científica y Académica de Auna