Se calcula que cada año se diagnostica a 1,800 niños y adolescentes con cáncer en el Perú [1]. Lo importante, como indica el doctor Christopher Machado -especialista en oncología pediátrica de Clínicas Auna sede Camino Real- “es que cuando el tratamiento se ofrece a tiempo, la cura es de aproximadamente el 80 %”.
Cabe anotar que el cáncer infantil es muy diferente al de adultos. Para empezar, en los niños se vincula con el desarrollo celular, porque el cuerpo recién se está formando. En los adultos, en cambio, tiene relación con el envejecimiento.
Además, a diferencia de una persona mayor, en los niños no se previenen las neoplasias. La leucemia y el cáncer cerebral, por ejemplo, son comunes en infantes, pero no se previenen. Más bien, el énfasis se pone en la detección temprana para poder manejar la enfermedad.
El problema es que a veces el cáncer en los niños se deja avanzar, pues no se sospecha que tengan esta enfermedad. Para estar alerta de un posible cáncer infantil, el doctor Machado advierte tomar en cuenta los siguientes signos:
-Lecucemia: palidez, pérdida de apetito, cansancio, moretones o sangrados por nariz o boca, fiebre por más de siete días sin llegar a un diagnóstico, adenopatías (inflamación de ganglios)
-Linfoma: adenopatías en cuello, axila, ingle o en otras partes, de más de 2,5 cm, que pasa las dos o tres semanas y sigue creciendo.
-Tumor cerebral: dolor de cabeza que aumenta y progresa en el tiempo, náuseas y vómitos, pérdida de fuerza en los miembros, convulsiones.
-Tumores malignos en huesos: dolor en los huesos y aumento de volumen, generalmente cerca de la rodilla, aumento de volumen de abdomen, a veces puede doler. Cabe anotar que también puede haber tumores benignos.
-Retinoblastoma: la pupila, que es de color negro, se ve blanca y desviación de la mirada.
Ciertos tipos de cáncer dan solo en niños, no en adultos. La retinoblastoma (cáncer en ojo), por ejemplo, es una enfermedad que solo se atiende en la especialidad de oncología pediátrica. Por otra parte, en los niños no hay cáncer de próstata y es muy difícil que en las niñas se presente el cáncer de mama.
Otro ejemplo son los tumores en el riñón que suelen presentarse entre los 2 y los 5 años de edad. Al adulto lo que le da es carcinoma renal, que es una enfermedad distinta y otro tipo de tumor, demanda otro protocolo de tratamiento.
En cuanto al tratamiento en niños, hay que destacar que es muy diferente al de los adultos. También requieren un tratamiento con quimioterapia, pero la dosis que se les aplica es más baja, pues depende de su peso.
En los últimos años se han llevado a cabo grandes avances en el tratamiento de cáncer en niños. Más que a nuevos descubrimientos o terapias, ello se debe a nuevos protocolos clínicos y a la elección de pautas más adecuadas para el tratamiento de las neoplasias [2].
La Leucemia Linfática Aguda (LLA), por ejemplo, es la neoplasia más frecuente en la niñez y adolescencia (abarca aproximadamente el 80% de todas las leucemias agudas) y hace treinta años se consideraba fatal, hoy ya no. En países desarrollados alcanza el 90% de curación [3]. En el Perú esa cifra es de alrededor de 60% [4].
La oncohematología pediátrica o hemato oncología pediátrica es la especialidad que atiende la leucemia. Se ha desarrollado mucho en los últimos años, pero como toda especialidad de cáncer demanda la atención a tiempo de los pacientes, a fin de mejorar los índices de curación.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en el Perú, al menos 1,800 niños y adolescentes se enfermarán de cáncer cada año [1]. Esta institución promovió en nuestro país la Reunión Nacional sobre Cáncer Infantil. Ahí se indicó que el reto a trabajar en el Perú es el diagnóstico de cáncer, el cual debe ser oportuno y acertado.
Cabe indicar que en el Perú hay 26 profesionales con la especialidad de oncología pediátrica y los principales centros de atención especializados en atención de niños se encuentran: cuatro en Lima, dos en Arequipa, uno en Cusco y uno en Lambayeque1.
Actualmente, como refiere el doctor Christopher Machado, la mayoría de niños con cáncer se trata en los hospitales. En Lima, en el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas, principalmente. En provincia, se tratan sobre todo en los hospitales de Essalud.
Es muy importante concientizar a los padres acerca de la necesidad de mantener el tratamiento, aun cuando este sea largo. Lamentablemente, el 18,4% de niños con cáncer abandona el tratamiento, según un informe de la Defensoría del Pueblo [1].
Cabe resaltar que en el 2020 hubo un gran avance en cuanto al acceso al tratamiento en oncología infantil en nuestro país. Esto fue posible tras la promulgación de la Ley de Urgencia Médica y Atención Integral del Cáncer en el Niño y Adolescente, el 2 de setiembre.
Esta norma contempla aspectos fundamentales para asegurar la cobertura universal para los niños y adolescentes hasta los 18 años de edad. Abarca tanto la fase del diagnóstico como los tratamientos oncológicos.
Además, otorga una licencia remunerada en los centros de trabajo (hasta 1 año) a los padres. Si no tienen empleo formal, reciben una bonificación equivalente a 2 salarios mínimos vitales durante el tratamiento oncológico hospitalario [5].
En el ámbito privado, Clínicas Auna sede Camino Real cuenta con un equipo de médicos altamente capacitados en oncología pediátrica. Acompañamos a los pacientes durante el proceso de diagnóstico y en el tratamiento de su enfermedad.
Asimismo, en Clínicas Auna sede Camino Real se encuentran los más modernos equipos de radioterapia, cirugía oncológica, quimioterapia y UCI pediátrica. También ofrece servicios integrales como cuidados paliativos, medicina integrativa, nutrición oncológica y psicooncología.
Nuestros oncólogos pediatras se caracterizan por tratar con amor a sus pacientes. Son conscientes de que tienen una enfermedad crónica y se enfrentan al miedo, por eso manejan cada caso con mucha responsabilidad y calor humano.
En Clínicas Auna sede Camino Real encontrarás todo lo necesario y lo mejor para acompañarte en tu lucha. Con la mejor tecnología y un personal médico de primera y empático con el paciente y con la situación especial de la familia.
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REFERENCIAS: