Con la llegada del verano, las temperaturas pueden elevarse a niveles extremos, generando olas de calor que afectan nuestro bienestar, pero estas condiciones climáticas no solo generan incomodidad, también pueden desencadenar graves problemas de salud. ¡Así que aquí te contamos todo lo que necesitas saber para mantenerte seguro este verano!
Una ola de calor se caracteriza por temperaturas extremadamente altas y, en muchos casos, altos niveles de humedad. Estas condiciones dificultan que nuestro cuerpo regule su temperatura a través del sudor, lo que puede generar complicaciones severas.
Cuando enfrentamos temperaturas extremas, nuestro cuerpo trabaja arduamente para mantenerse fresco, pero a veces ese esfuerzo no es suficiente, y nuestra salud puede afectarse.
En condiciones normales, nuestro organismo mantiene una temperatura interna de entre 36 y 37,5 °C, pero cuando llega a temperaturas más altas, necesita eliminar el exceso de calor a través del sudor. Sin embargo, mientras más caliente y húmedo se encuentre el clima, se produce un exceso de sudor que puede aumentar el riesgo de deshidratación.
Además, cuando el cuerpo se calienta, los vasos sanguíneos se dilatan, lo que repercute en una tensión arterial más baja y un mayor esfuerzo del corazón para bombear la sangre por todo el cuerpo. Toda esta combinación de procesos aumenta el riesgo de descompensación o golpe de calor.
Una ola de calor puede desencadenar enfermedades como golpe de calor, agotamiento por calor, síncope por calor, insolación y sarpullido por calor. Si no se toman medidas preventivas, estas afecciones pueden llegar a ser mortales.
Es la condición más grave relacionada con el calor. Ocurre cuando la temperatura corporal supera los 40 °C y el cuerpo pierde la capacidad de enfriarse. Los signos incluyen piel caliente y seca, confusión, pulso rápido, mareos y pérdida de conciencia. Requiere atención médica inmediata.
Se refiere al desmayo o mareo provocado por la falta de flujo sanguíneo al cerebro debido al calor. Suele afectar a quienes permanecen de pie durante mucho tiempo en ambientes calurosos.
Es una condición más leve que puede desarrollarse tras varios días de exposición al calor. Sus síntomas incluyen sudoración excesiva, debilidad, náuseas, mareos y piel húmeda. Si no se trata, puede evolucionar a un golpe de calor.
Esta afección ocurre tras una exposición prolongada y directa al sol, especialmente entre las 10:00 a.m. y las 4:00 p.m. Los síntomas incluyen fiebre, dolor de cabeza, náuseas y quemaduras solares.
Es una irritación de la piel causada por el sudor excesivo. Se presenta como pequeños granos rojos o ampollas, especialmente en el cuello, pecho y pliegues corporales.
Si bien cualquier persona puede sufrir una enfermedad relacionada al calor debido a la exposición a altas temperaturas, existen algunos factores de riesgo que podrían aumentar la probabilidad de padecerlas.
Aunque no podemos evitar que ocurra una ola de calor, podemos minimizar sus efectos en nuestro organismos siguiendo las siguientes recomendaciones:
¡Recuerda! La ola de calor puede ser un desafío, pero con las medidas adecuadas es posible protegerte a ti y a tu familia. Presta atención a las señales de tu cuerpo y actúa rápidamente ante cualquier síntoma de golpe de calor o deshidratación.
En Auna Salud, nos comprometemos con tu bienestar y contamos con programas diseñados para acompañarte en todas las etapas de tu vida y brindarte la atención médica que necesitas. Contáctanos para saber más sobre nuestros programas de salud.
Referencias:
https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/climate-change-heat-and-health
https://www.unicef.org/parenting/es/emergencias/que-hacer-ante-una-ola-de-calor https://www.cdc.gov/es/disasters/extremeheat/faq.html
https://www.cdc.gov/es/disasters/extremeheat/heat_guide.html
https://ais.paho.org/classifications/chapters/pdf/volume1.pdf