Categoría | Nutrición
12/04/2016
No está reñida con el sabor
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La nutrición no está reñida con el sabor.
A veces se piensa que los alimentos que nutren saben mal o... ¡no saben a nada!
Esto no es cierto en absoluto, lo que sucede es que no sabemos escogerlos y combinarlos; preferimos comidas preparadas y saborizadas a veces de forma artificial o puramente industrial, que no solo no nutren, sino que hacen daño a la salud.
Las salsas y condimentos que se venden en muchos lugares contienen elementos como preservantes o acentuadores del sabor que sí, hacen apetecible el producto, pero esconden un alto valor calórico que no es bueno y prácticamente tiene un nulo aporte nutricional.
Debemos acostumbrarnos a comer variado, eligiendo los ingredientes. Hay que tratar de no mezclar productos que son básicamente carbohidratos, como la papa y el arroz por ejemplo, porque lo único que estaremos haciendo es aumentar la ingestión de calorías y exceder nuestras necesidades, haciendo que la gordura avance.
Las verduras ofrecen la posibilidad de aportar sabores distintos, colores (recuerde que en cuestión de comidas la percepción visual tiene mucha intervención) y texturas que van a dar variedad a nuestro diario comer.
Si usa aceite, prefiera el de oliva, que ha demostrado ser sano y aporta un delicado sabor propio. Use sal, pero muy moderadamente: la suficiente para realzar sabores naturales, pero no en cantidades que son nocivas. Los condimentos son precisamente eso, condimentos, que agregan un “plus” a los alimentos, pero no deberían usarse en cantidades tan grandes que “enmascaren” los sabores. Antiguamente, cuando no existía la refrigeración, la carne por ejemplo, se “pasaba” y se utilizaban la pimienta o hasta el clavo de olor en cantidades como para cambiar lo que era un mal sabor y a veces hasta confundir el olor que despedía el trozo de carne. ¡Doble daño!: alimentos en no muy buen estado y consumo de algún irritante gástrico que “escondiera” el sabor.
No confundamos nunca el sabor con la nutrición. Aquello que nutra debe saber bien, pero no siempre lo que sabe bien, nutre.
Busque consejo. Una comida no puede ser sosa o causar aburrimiento por repetición. El secreto de las dietas para reducir de peso se basa en la variedad y no en la monotonía.
Hay que comer bien y nutrirse bien. El gusto no tiene que sufrir por ello, como tampoco el peso y la salud, que es lo que debe importar realmente.