Como cualquier otro órgano, los riñones pueden sufrir trastornos y enfermedades. Uno de estos trastornos es la microlitiasis renal, una condición en la que se forman pequeños cálculos, o piedras, en los riñones.
La salud renal es un componente crítico de nuestro bienestar general.
Nuestros riñones filtran los desechos y el exceso de líquido de nuestra sangre, mantienen el equilibrio de los electrolitos, producen hormonas esenciales y realizan muchas otras tareas vitales.
Una condición que afecta la capacidad y funcionamiento de nuestro sistema urinario es la microlitiasis renal.
La microlitiasis renal implica la formación de "micro-piedras" en los riñones. Estas piedras pueden estar compuestas de varias sustancias, incluyendo calcio, oxalato, fosfato y ácido úrico.
La formación de estas piedras ocurre cuando ciertas sustancias en la orina se concentran más allá de su nivel de solubilidad, lo que resulta en la formación de cristales.
La microlitiasis renal puede ser el resultado de varios factores.
La genética puede jugar un papel, con algunas personas heredando una propensión a tener altos niveles de ciertas sustancias en su orina que promueven la formación de piedras.
La dieta y el estilo de vida también son factores significativos.
Una dieta alta en sodio, proteínas animales y azúcar puede aumentar el riesgo de ciertos tipos de cálculos renales.
Además, la deshidratación puede aumentar el riesgo, ya que puede concentrar las sustancias en la orina que forman piedras.
Adicionalmente, existen ciertas condiciones de salud que pueden aumentar el riesgo de microlitiasis renal.
Cuando los cálculos son pequeños y se mantienen en los riñones, puede que no haya síntomas en absoluto.
Sin embargo, si los cálculos crecen o se desplazan, pueden causar una serie de síntomas.
Entre los más comunes se encuentran el dolor agudo y fluctuante en la espalda o el costado, la presencia de sangre en la orina (lo que puede darle a la orina un color rosa, rojo o marrón) y cambios en los patrones de micción, como la necesidad frecuente de orinar o el dolor al orinar.
Algunos síntomas requieren atención médica inmediata, como por ejemplo, si el dolor se vuelve muy intenso y no se alivia con medicación de venta libre.
Además, la fiebre y los escalofríos pueden ser signos de una infección, que también requiere tratamiento inmediato.
El diagnóstico de la microlitiasis renal implica varias pruebas.
Las pruebas de laboratorio pueden incluir un análisis de orina para detectar cristales, sangre o bacterias en la orina y análisis de sangre para medir los niveles de ciertas sustancias que pueden indicar la presencia de piedras.
La ecografía ha sido durante mucho tiempo una herramienta estándar en el diagnóstico de cálculos renales, pero su eficacia puede ser limitada cuando se trata de cálculos menores a 5 milímetros.
La tomografía computarizada puede ser una herramienta efectiva en casos donde la ecografía convencional podría pasar por alto cálculos pequeños.
El tratamiento de la microlitiasis renal varía dependiendo del tamaño, la ubicación y la composición de las piedras, así como de los síntomas que presentan.
Aquí hay una visión general de las opciones de tratamiento comunes:
Para cálculos pequeños, especialmente aquellos que no causan síntomas, el tratamiento puede ser simplemente esperar y observar.
Los cálculos muy pequeños pueden expulsarse por sí mismos, y el médico puede recomendar aumentar la ingesta de líquidos para ayudar en este proceso.
También se pueden prescribir medicamentos para controlar el dolor si es necesario.
En muchos casos, los cálculos renales están vinculados a la dieta y al estilo de vida. Por lo tanto, hacer cambios en estos aspectos puede ser parte del tratamiento.
Esto puede incluir:
- Reducir el consumo de alimentos ricos en oxalato, como espinacas, ruibarbo y chocolate.
- Reducir el consumo de sodio.
- Mantenerse hidratado bebiendo suficiente agua.
- Consumir una dieta equilibrada que no sea excesivamente rica en proteínas animales.
Si los cálculos son más grandes o causan síntomas graves, pueden ser necesarios tratamientos médicos, como:
Litotricia Extracorpórea por Ondas de Choque: Este tratamiento utiliza ondas de choque para romper los cálculos en fragmentos más pequeños que pueden pasar más fácilmente a través del tracto urinario.
Ureteroscopia: En este procedimiento, un pequeño tubo con una cámara se introduce en el tracto urinario para localizar el cálculo, y luego se utiliza un instrumento especial para romperlo o extraerlo.
Cirugía: En aquellos casos en los que los otros tratamientos no son efectivos, puede ser necesaria una cirugía para extraer el cálculo.
Además del tratamiento de cálculos existentes, es esencial trabajar en la prevención de futuros cálculos.
Esto puede incluir:
Mantenerse bien hidratado es una de las medidas más efectivas para prevenir la microlitiasis renal.
Bebe 2 o 3 litros de agua al día; y si se vive en un clima cálido o se realiza mucho ejercicio, puede que sea necesario beber más agua.
Una alimentación balanceada también es fundamental para prevenir la formación de cálculos renales.
Se recomienda disminuir el consumo de sodio.
Además, se debe tener cuidado con el exceso de proteínas animales, como la carne roja, el pollo, los huevos y los mariscos.
Asimismo, se debe evitar el consumo excesivo de alimentos ricos en oxalato, como el chocolate, las nueces y las espinacas.
Mantener un peso saludable puede ayudar a prevenir la microlitiasis renal.
En algunos casos, se puede tomar medicamentos que ayuden a controlar los niveles de ciertas sustancias en la orina.
La revisión médica regular es esencial para la prevención de la microlitiasis renal, especialmente en aquellos que ya han tenido cálculos.
Los cálculos pequeños, en particular, pueden pasar desapercibidos y solo ser detectados durante exámenes médicos por otras razones.
Sí, puede ser recurrente. La implementación de cambios en el estilo de vida y el seguimiento de las recomendaciones médicas puede ayudar a reducir el riesgo de recurrencia.
Aunque no hay una prevención garantizada, ciertos cambios en la dieta y el estilo de vida, como mantenerse hidratado y seguir una dieta equilibrada, pueden reducir significativamente el riesgo de desarrollar microlitiasis renal.
No es una enfermedad contagiosa. Se relaciona con factores genéticos, dietéticos y de estilo de vida, y no se puede transmitir de persona a persona.
La microlitiasis renal, aunque a menudo es vista como una afección menor debido al pequeño tamaño de los cálculos, puede tener impactos significativos en la calidad de vida y requiere una gestión adecuada.
Afortunadamente, con un diagnóstico preciso y una gestión cuidadosa, la mayoría de las personas con microlitiasis renal pueden esperar un tratamiento exitoso y la prevención de futuros cálculos.
Como con cualquier condición médica, la colaboración con un profesional de la salud que entienda tus síntomas y necesidades individuales es vital para manejar la microlitiasis renal de manera efectiva.
Si has experimentado síntomas que sugieren la presencia de cálculos renales, no dudes en buscar atención médica para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados.