Mascotas y niños: un vínculo que transforma su desarrollo

¿Sabías que tener una mascota puede ser una de las mejores decisiones para el desarrollo de tus hijos? Más allá del juego y la ternura, los animales pueden convertirse en grandes aliados del bienestar infantil y la ciencia lo confirma: la interacción entre humanos y animales no solo genera compañía, sino que también potencia la salud física, emocional, social y cognitiva de los más pequeños.

Un apoyo emocional sin condiciones

Para un niño, una mascota no es solo un amigo peludo. Es alguien que lo escucha sin juzgar, que le da cariño sin condiciones y que está presente en los momentos buenos y no tan buenos. Muchos niños sienten que sus mascotas los entienden más que los adultos y eso genera un espacio de confianza único.

Este tipo de conexión tiene un impacto directo en la salud emocional. Un estudio reveló que la sola presencia de una mascota familiar puede ayudar a los niños a expresar mejor sus emociones y a desarrollar mayor control emocional. Además, interactuar con animales, incluso por períodos cortos, puede reducir significativamente los niveles de estrés en los más pequeños.

Aliados del desarrollo emocional y social

Cuidar de un ser vivo enseña lecciones valiosas. Los niños que tienen mascotas suelen desarrollar un fuerte sentido de responsabilidad, empatía y autoestima. Saber que su perrito o gatito depende de ellos les hace sentir útiles e importantes. Además, el vínculo con su mascota mejora sus habilidades sociales: los ayuda a comunicarse mejor, a interpretar gestos no verbales y a interactuar con otros con mayor facilidad.

De hecho, diversos estudios han demostrado que el apego a las mascotas se asocia con un mayor desarrollo de la competencia social y del juego cooperativo. Además, les brindan la oportunidad de cuidar a otro ser vivo, lo que fortalece su autoestima, su sentido del propósito y su necesidad de sentirse importantes.

Mascotas y aprendizaje: una dupla poderosa

La presencia de animales en entornos educativos también ha demostrado ser beneficiosa. Desde tener una mascota en el aula hasta incluir animales en terapias asistidas, la interacción humano-animal puede mejorar el enfoque, la motivación y las habilidades sociales.

Un ejemplo llamativo es el de los perros de terapia en niños con TDAH. En un estudio, los niños que leyeron en voz alta a perros reales mostraron mayores avances en sus habilidades sociales que aquellos que leyeron a marionetas. Lo mismo ocurrió con niños dentro del espectro autista: al jugar con cuyes, se sentían más tranquilos, menos ansiosos y más conectados con sus compañeros.

Beneficios en el cuidado de la salud

Tener mascotas puede traer beneficios a la salud física, debido a que jugar con ellas o sacarlas a pasear ayuda a que los niños sean más activos, lo que mejora su condición física, pero… ¿sabías que tener una mascota desde pequeño también puede fortalecer el sistema inmunológico?

Existen estudios que demuestran que los niños expuestos a perros y gatos en su primer año de vida tienen menor riesgo de desarrollar alergias, asma y eccema más adelante. Incluso, se ha observado que la exposición prenatal a mascotas puede reducir la probabilidad de desarrollar enfermedades alérgicas. Esta idea se relaciona con la “hipótesis de la higiene”, que plantea que una exposición temprana a ciertos microorganismos es clave para el desarrollo saludable del sistema inmune.

Cuidar a una mascota: rutina, disciplina y salud

Cuidar una mascota desde pequeño también ayuda a generar hábitos beneficiosos para nuestra salud. Un estudio con adolescentes con diabetes tipo 1 mostró que aquellos que cuidaban peces como parte de una rutina diaria eran más constantes con el control de su glucosa. Pero… ¿por qué sucedió esto? Porque adquirir una rutina de cuidado también ayuda a internalizar hábitos de salud. En pocas palabras, cuidar a otro puede enseñarnos a cuidarnos mejor a nosotros mismos.

El poder de los animales en momentos difíciles

Hoy en día, muchos hospitales ya permiten visitas de perros de terapia. ¿La razón? Su efecto calmante. Estudios en curso evalúan cómo estas interacciones pueden reducir la ansiedad y la soledad en niños con enfermedades como el cáncer, sin comprometer su sistema inmunológico. De confirmarse estos beneficios, estaríamos ante una herramienta emocional muy poderosa dentro de los tratamientos pediátricos.

Un compromiso con responsabilidad y empatía

Si bien está claro que las mascotas pueden ofrecer múltiples beneficios para el desarrollo infantil, es importante recordar que tener un animal en casa implica un compromiso real. Los perros, gatos, peces, cuyes o cualquier otro compañero animal también tienen necesidades: requieren atención médica, alimentación adecuada, higiene, compañía y mucho amor. Incluir a una mascota en la vida familiar no debe tomarse a la ligera, ya que son seres vivos que dependen de nosotros.

Además, es fundamental tener en cuenta que estos beneficios no se manifiestan de la misma manera en todos los niños. Por ejemplo, en algunos casos específicos puede haber contraindicaciones: alergias, fobias o condiciones médicas que deben evaluarse antes de introducir una mascota al entorno familiar. Por eso, lo más recomendable es consultar previamente con un profesional de salud, especialmente si existen antecedentes de asma o sensibilidad al pelo de animales.

La interacción con animales puede ser muy enriquecedora, siempre que se dé en un entorno seguro, con respeto y responsabilidad. Involucrar a los niños en el cuidado de las mascotas también puede ser una valiosa oportunidad para enseñar empatía, compromiso y valores que los acompañarán toda la vida.

En resumen… el vínculo entre niños y animales no es un simple cariño pasajero. Es una conexión profunda que influye en su desarrollo emocional, social, cognitivo y físico. Desde ayudarles a expresarse mejor hasta fortalecer su sistema inmunológico, las mascotas ofrecen aprendizajes y beneficios únicos.

Por eso, si tienes niños en casa y estás considerando sumar un nuevo integrante peludo, con escamas o patas, no lo pienses tanto. Puede ser el comienzo de una relación que transformará la vida de ambos.

Fuentes: 
Companion Animals and Child/Adolescent Development: A Systematic Review of the Evidence. https://www.mdpi.com/1660-4601/14/3/234 
Mecanismos de apego social entre niños y perros domésticos. https://www.mdpi.com/2076-2615/14/20/3036 
National Institute of Health. Processes in Social & Affective Development: Human-Animal Interaction (HAI) Research. https://www.nichd.nih.gov/about/org/der/branches/cdbb/programs/psad/HAI  
National Institute of Health. Ruff! Are pets good for our health? https://magazine.medlineplus.gov/article/ruff-are-pets-good-for-our-health
National Library of Medicine. Effect of household pet ownership on infant immune response and subsequent sensitization. https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC3047904/
National Library of Medicine. Effects of dog ownership in early childhood on immune development and atopic diseases. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/18702654/ 
National Library of Medicine. Lifetime Dog and Cat Exposure and Dog and Cat Specific Sensitization at Age 18 Years. https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC3737566/  
National Library of Medicine. Emerging Cardiovascular Risk Research: Impact of Pets on Cardiovascular Risk Prevention. https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC4991891/  
Human Animal Bond Research Institute. Child Health & Development. https://habri.org/research/child-health/ 
Human Animal Bond Research Institute. Allergies & Immunity. https://habri.org/research/child-health/allergies-and-immunity/