Categoría | Salud familiar
12/04/2016
Mañana puede ser tarde
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“No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”, reza el dicho y tiene mucha razón. Por lo general se posponen las cosas en busca de una “mejor oportunidad” que lo más probable es que no llegue y si lo hace, tal vez sea muy tarde ya cuando aparezca.
Demorar las decisiones es bueno, porque se puede tener una nueva perspectiva, pero lo que debe decidirse o hacerse en el momento no es sano demorarlo.
¡Cuántas oportunidades perdidas por la costumbre de “darle largas al asunto”...!
Si no nos proponemos afrontar lo que viene, iremos acumulando indecisiones que poco a poco se convertirán en algo totalmente inmanejable, que va a obstaculizar nuestra vida y su actuar.
El no tomar decisiones a tiempo y dudar una y otra vez, no solo nos compete a nosotros, sino que involucra a veces a otra gente que está pendiente de nuestra aprobación o negativa y contribuimos a crear una cadena que puede tener malas consecuencias.
No nos decidimos por algo que no parece positivo y seguimos alargando plazos, en la creencia que algo puede cambiar de pronto. Echando mano a otro dicho: “al mal paso darle prisa”, es decir que lo difícil, lo que es aparentemente negativo, hay que resolverlo cuanto antes.
Resolver: esa es la palabra clave, a la que debemos añadir “de inmediato”, o a tiempo.
Postergar las cosas solo nos traerá problemas y al final nos encontraremos con multitud de cabos sueltos. Es mucho más sencillo resolver cosa por cosa, conforme se vayan presentando y no dejarlas hasta las “calendas griegas”, es decir hasta nunca.