Aunque no es nada alarmante, conocer qué es la fimosis y los posibles tratamientos puede ayudar a entender mejor esta afección. En este artículo, explicaremos exactamente qué es la fimosis, cómo identificarla y las distintas opciones de tratamiento disponibles para quienes la padecen, todo ello de forma fácil de entender.
La fimosis es una afección en la que el prepucio, o la piel que cubre el extremo del pene, no se puede separar por completo del glande.
Esta condición, si no se trata, puede causar dificultad para orinar e incluso dolor durante las relaciones sexuales.
Afortunadamente, hay varias formas de tratar y aliviar los síntomas de la fimosis.
Hay dos tipos principales de fimosis
La fimosis congénita es una condición presente desde el nacimiento en la cual el prepucio no se puede retraer.
Puede ser parcial o completa y puede ser leve o moderada, pero en raras ocasiones puede ser grave y requerir cirugía.
Por otro lado, la fimosis adquirida es una condición que se desarrolla con el tiempo, generalmente como resultado de una infección o de una herida.
Los síntomas asociados con la fimosis pueden incluir:
El diagnóstico de la fimosis consiste en una inspección visual para determinar el grado de estrechez prepucial y cuán expuesto está el glande.
En caso de fimosis, es importante conocer los tratamientos disponibles.
El tratamiento de la fimosis dependerá del grado de afección.
El tratamiento más común es el estiramiento suave del prepucio, que se realiza con el tiempo, lo que permite que se vuelva más elástico y se reduzca la tirantez.
Además, el médico puede recetar cremas con esteroides para reducir la inflamación y aflojar el prepucio.
Estas cremas deben aplicarse regularmente y según lo prescrito durante un periodo de tiempo para que surtan efecto correctamente.
Otros casos pueden requerir cirugía de circuncisión, que extirpa quirúrgicamente parte o la totalidad del prepucio.
Lo indicado es acudir al médico quién, luego de la evaluación, determinará cuál es el mejor tratamiento.
La cirugía de la fimosis es un procedimiento relativamente sencillo, pero es importante recordar que los cuidados posteriores desempeñan un papel fundamental en el éxito de la operación.
Después de la operación, se deben dejar los vendajes o apósitos en su sitio hasta que se retiren en la visita de seguimiento.
También es normal experimentar cierto grado de dolor e hinchazón en el lugar de la incisión.
Durante la recuperación, es importante mantener la zona limpia y llevar ropa holgada para mayor comodidad.
Por último, es conveniente descansar lo suficiente y tomar los medicamentos postoperatorios según lo prescrito por el médico para poder recuperarse satisfactoriamente de la cirugía de fimosis.