¿Sabes lo que son la candidiasis o la vaginitis? Oír de infecciones vaginales no es algo raro, ya que oímos de ellas hasta en anuncios de TV donde nos venden productos que podrían ayudar a ahuyentar este mal tan común; sin embargo, muchas jóvenes no tienen idea de lo que realmente es padecer de estas infecciones.
Tenemos una noticia para ti: las infecciones vaginales se presentan por diversos motivos, de maneras distintas y pueden afectar a cualquier mujer, sin importar su edad o actividad sexual. Aprender exactamente lo que son y cómo evadirlas, por las molestias que causan y los males que pueden producir si se prolongan, es lo que te contaremos aquí.
Las infecciones vaginales son producto de la alteración de la flora vaginal; la cual está compuesta de diversos microorganismos que tienen como objetivo mantener una acidez adecuada que evite que los gérmenes externos colonicen ahí.
Estas alteraciones pueden deberse a distintos factores que van desde la higiene, la ropa que usas o tu estilo de vida.
Para poder tratar las infecciones vaginales, hay que aprender a diferenciar una de otra, ya que cuentan con distintos síntomas y tratamientos. En general, existen tres tipos de infecciones en esta zona del cuerpo: las que son causadas por hongos, por bacterias o por virus.
Entre las principales infecciones de este tipo están:
Cualquier alteración del Ph puede generar la producción excesiva de este tipo de hongo, desencadenando una infección y presentando los siguientes síntomas: picazón, irritación y dolor al orinar.
Unos de sus síntomas más comunes son las llagas en el cuello uterino y alrededores, y la aparición de verrugas en la vagina y el recto.
También existe lo que se conoce como Tricomoniasis, que es un tipo de infección causada por transmisión sexual ante el contagio de un parásito de este nombre. Los síntomas que presenta son secreciones de color amarillentas o verdosas, olor a moho y ardor.
Por último, la Vaginitis no infecciosa; a pesar de no tratarse de una infección, este tipo de mal ocurre cuando utilizas productos demasiado fuertes para la limpieza de la zona vaginal. Su único diagnóstico es el ardor en dicha zona del cuerpo.
Para evadir este tipo de mal, se deben adquirir hábitos que involucren desde nuestra forma de vestir, asearnos y alimentarnos. Entre ellos, están:
Si tienes una infección vaginal o sospechas tener una, acude a un especialista en ginecología que te pueda diagnosticar correctamente la causa de esta infección para indicarte un tratamiento. Para ello, es necesario que estés atenta a los síntomas como el color y la cantidad del flujo, el olor y el tipo de sensación que causa malestar.
Como conclusión; las infecciones vaginales no están necesariamente relacionadas a enfermedades de transmisión sexual; se trata de alteraciones que sufre la flora vaginal y permiten el ingreso de gérmenes o micro organismos patógenos que causan malestar. Prevenirlas es tarea de cada una, donde se debe cambiar los hábitos y hacerlos más saludables.