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En el mar la vida es más sabrosa
Categoría | Balance y Control
12/04/2016

En el mar la vida es más sabrosa

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El verano es ideal para comprobar que con el mar la diversión está asegurada.
Un día de playa y baños de mar relajan vivifican y aunque a veces uno termine cansado, es un “cansancio que descansa” porque se dejan atrás preocupaciones y problemas.
Que este sea un verano en el que se disfrute tanto, que quede, como se dice, “para la eterna memoria”. Depende exclusivamente de uno, de cómo se encaren las cosas, del cuidado que se tenga. Nuestro cuerpo necesita estar bien balanceado con la mente y para conseguirlo en una época en que se puede descuidar lo que no es físico, resulta imperativo mantenernos alertas. Sí, la vida puede ser muy divertida, especialmente cuando tenemos el control. Vivamos el verano disfrutando de algo que no tiene precio y que se llama salud: la del cuerpo y la otra.
¡Verano, aquí estamos!
El agua de mar, todos saben es salada, porque entre los varios minerales que contiene está la sal (cloruro de sodio). Es muy importante asegurarse que la playa a la que se piense concurrir sea apta y ofrezca la seguridad no solo para bañarse tranquilamente, sino que sea saludable.
Gozar del mar es divertido, pero hay que tener en cuenta que siempre hay que estar seguro y no correr riesgos innecesarios, como adentrase en él alejándose mucho de la orilla, pues a veces las corrientes marinas pueden ser peligrosas y ni siquiera sabiendo nadar perfectamente uno está a salvo.
Lima es una ciudad privilegiada, porque tiene una costa que ofrece gran variedad de alternativas playeras que permite disfrutar del mar y del verano por completo. Repetimos que la playa que se escoja deberá tener una buena calificación sanitaria y la seguridad de un mar que permita bañarse. Hay que hacer caso a las indicaciones, sabiendo que ellas son en beneficio de los bañistas.
Nunca está demás recomendar el cuidado que se debe tener personalmente sobre la exposición al sol: el uso permanente de un bloqueador adecuado va a hacer que se goce plenamente.
Si las playas y el mar están limpios, se evita la posibilidad de contraer enfermedades, especialmente las de la piel. Hay que colaborar con ello no arrojando desperdicios ni basura, que contaminan, son un peligro para uno mismo y las demás personas que asisten a ese lugar.
“En el mar la vida es más sabrosa...” dice una canción y de nosotros depende que así sea.
El mar es un regalo y si queremos disfrutarlo, en beneficio de nuestra propia salud, nuestro “granito de arena” será contribuir en mantener las playas y el mar mismo, en buenas condiciones.

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