En general, los correctores dentales se colocan en pacientes de entre 10 y 14 años para enderezar dientes torcidos o apiñados. Cada vez es más común ver a adultos utilizar un tratamiento de ortodoncia, por lo general para enderezar sus dientes o arreglar problemas de mandíbula. Sin embargo, algo que no muchos conocen es que el uso de brackets puede provocar problemas de salud como dolores de cabeza, mandíbula, oído, respiración por la boca y apnea del sueño.
Por ello, cuando un paciente inicia un tratamiento dental, es importante que la higiene bucal sea más rigurosa y bajo ciertas recomendaciones, esto para un correcto mantenimiento. A continuación encontrarás las respuestas a algunas preguntas sobre cómo mantener la comodidad y la salud mientras se usan correctores dentales:
Los alimentos y la placa pueden quedar atrapados en los pequeños espacios que hay entre los correctores dentales y los alambres, lo que genera caries y manchas en el esmalte.
Los alimentos también pueden reaccionar ante las bacterias de la boca y el metal de los correctores dentales, produciendo un efecto blanqueador que puede originar pequeñas manchas claras y permanentes en los dientes.
Lo mejor es cepillarse los dientes después de cada comida y usar hilo dental o un hilo especial para ortodoncia (disponible en las farmacias) al menos una vez por día para limpiar entre los correctores dentales y debajo de los alambres.
Mírate los dientes en un espejo para asegurarte de que hayas eliminado todas las partículas de alimentos. Si en algún momento no tienes un cepillo de dientes, enjuágate bien la boca con agua.
Los alambres que se usan para desplazar los dientes generalmente se ajustan en cada consulta con el dentista u ortodoncista, provocando presión sobre los dientes y alguna molestia. Para ello, comer alimentos blandos y tomar un analgésico como acetaminofén (por ejemplo, Tylenol®) puede ayudar.
Cuando sientas que los correctores dentales rozan la parte interna de los labios, si esto te incomoda, coloque una cera especial en los alambres para evitar el roce, esto se puede conseguir en la farmacia o en el consultorio de su dentista u ortodoncista.
Depende de lo complicado que sea el problema de espacio u oclusión (mordida). La mayoría de los correctores dentales se usan de 18 a 30 meses.
Después de quitarlos, el paciente usa un retenedor para mantener la posición de los dientes mientras se fijan y alinean los tejidos que rodean los dientes enderezados recientemente.
Los dulces, los refrescos y otros alimentos ricos en azúcar y almidón pueden favorecer la formación de caries en los dientes y la enfermedad de las encías. Los alimentos pegajosos y duros (caramelos, dulces masticables, goma de mascar y frutas secas) se pueden adherir a los correctores dentales y hacer que sean difíciles de quitar.
Morder y masticar alimentos duros, como algunas golosinas y frutos secos, hielo, carne seca y palomitas de maíz, puede quebrar los alambres y aflojar los correctores dentales.
Evita dañar los alambres de los dientes delanteros cortando las zanahorias, manzanas y otros alimentos crocantes y saludables en trozos del tamaño de una mordida antes de comerlos.
Fuente:
Información proporcionada por cortesía de la Academia de Odontología General y Dentegra.