Si vas a ser mamá, ya debes saber que tu vida está a punto de atravesar un gran proceso de cambios. Uno de los más importantes son tus hábitos de sueño. Como ya debes haber escuchado, los padres de un recién nacido ven totalmente trastocados sus horarios, durmiendo por intervalos y levantándose de madrugada para atender al bebé.
Y es que, por graficarlo de una manera, el “reloj interno” del pequeño aún no está regulado como el nuestro. Es decir que no diferencian entre el día y la noche, y pueden dormir y despertarse a cualquier hora, esto último básicamente porque tienen hambre. A continuación, te contamos más detalles que es importante saber.
Habitualmente, los bebés nacidos duermen entre 16 y 18 horas al día, despertándose aproximadamente cada 3 o 4 horas para alimentarse, en el caso de los bebés que toman biberón. Los lactantes amamantados pueden despertarse con mayor frecuencia, entre 8 y 12 veces por día.
Si bien estos son rangos generales y podría haber variaciones, se recomienda que, si el bebé se pasa de las 4 horas seguidas durmiendo, se le despierte para darle de lactar. Sin embargo, lo más probable es que se despierte solo, ya que su estómago aún es muy pequeño y no retiene la leche suficiente para mantenerlo satisfecho por mucho tiempo.
Para entender el sueño del bebé, es necesario saber que, al igual que los adultos, tiene diferentes fases: somnolencia, sueño REM (movimiento rápido de los ojos), sueño ligero, sueño profundo y sueño muy profundo. Sin embargo, estos ciclos son mucho más cortos, y el recién nacido pasa más tiempo en sueño de tipo REM.
Esto se debería a que este tipo de sueño es fundamental para el extraordinario desarrollo que se está llevando a cabo en su cerebro. La buena noticia es que esta fase de ciclos cortos de sueño no dura mucho, y en poco tiempo verás que sus horarios se irán regularizando y adaptando más al de ustedes.
Serán paulatinos, pero no tendrás que esperar mucho. Por ejemplo, a partir de la sexta semana de nacido, verás que esas grandes jornadas de sueño empezarán a cambiar, pues el bebé dormirá períodos más cortos durante el día y más largos durante la noche. De todas formas, se seguirá despertando de madrugada para alimentarse.
Entre los cuatro y seis meses, la mayoría de los bebés son capaces de dormir entre 8 y 12 horas seguidas durante la noche. Sin embargo, debes tener en cuenta que estos son patrones generales que pueden variar. Por ejemplo, hay bebés que siguen despertándose por la noche hasta después de cumplido un año.
La adaptación de tu bebé a los horarios regulares de sueño dependerá también mucho de ti, ya que puedes enseñarle a adquirir ciertos hábitos. La clave está en ir estableciendo rutinas poco a poco. A continuación, te damos algunos consejos prácticos que siempre dan buenos resultados.
Como ves, ser madre significa un cambio en muchos sentidos, y para bien. De a pocos, tu bebé y tú se irán adaptando uno al otro, y disfrutarás cada vez más de esta etapa maravillosa.