Nuestros riñones tienen más o menos el tamaño de los puños. Son pequeños, pero importantísimos para mantener nuestra salud en equilibrio. Cuando empiezan a funcionar mal, no se presentan síntomas inicialmente y la enfermedad avanza silenciosamente. Por eso ahora te indicaremos cuándo ir al nefrólogo, el médico especialista en riñones.
La nefrología se enfoca en las causas que afectan los riñones y en curarlos. Por lo general, es el médico internista quien deriva al paciente donde un nefrólogo, cuando este presenta alguno de los siguientes problemas de salud [1]:
Aparte de los signos mencionados, hay otros que te indican cuándo acudir a un nefrólogo. Por ejemplo, cuando surgen cambios en la micción: se orina con menos frecuencia o simplemente no se orina, cuando la orina es oscura o espumosa.
También es necesario ir donde este médico especialista cuando uno padece hipertensión y diabetes, pues estas enfermedades tienden a dañar los riñones. Incluso es pertinente hacerlo a modo de prevención, cuando hay antecedentes familiares de enfermedad cardiaca.
Según la Sociedad Peruana de Nefrología, las enfermedades renales afectan a alrededor de 850 millones de personas en el mundo. Y uno de cada diez adultos padece enfermedad renal crónica (ERC). Se estima que para el año 2040, esta será la quinta causa más común de años de vida perdidos en el mundo [2].
Para procurar el control de las enfermedades renales hay que llevar un estilo de vida saludable. Básicamente, una dieta sana y actividad física. Además, los médicos aconsejan hacerse despistajes de daño renal. En especial si sufres diabetes o hipertensión, si tienes más de 50 años y obesidad.
El despistaje es sencillo, consiste en un examen de orina para medir la creatinina en la sangre y el control de la presión arterial [3]. Con estas sencillas pruebas se puede ver si hay signos tempranos de problemas renales. En caso de haberlos, se trata la enfermedad para evitar su avance.
Son cuatro las enfermedades que afectan los riñones con mayor frecuencia: insuficiencia renal, infecciones renales, tumores y cálculos renales. En los casos más graves, el tratamiento consiste en diálisis (proceso de extracción de las toxinas y el exceso de agua de la sangre) regulares o trasplante de riñón, dieta, actividad física y medicamentos.
La insuficiencia renal provoca los siguientes síntomas: hinchazón en las piernas, pies o tobillos, dolores de cabeza, picazón, malestar del estómago, cansancio, problemas para dormir de noche, falta de apetito, poca orina, calambres musculares, dolor, rigidez, líquido en las articulaciones, problemas de concentración o de memoria [4].
La infección renal, por otro lado, se presenta debido a bacterias que ingresan a los riñones, procedentes del tracto urinario. Esta afección puede iniciarse en la vejiga, los uréteres o la uretra y puede afectar un riñón o ambos. Los síntomas de la infección renal son [5]:
Hay varias cosas que podemos hacer para prevenir este problema de salud: beber mucha agua, orinar en cuanto surjan la necesidad y también, después de las relaciones sexuales, limpiarse de adelante hacia atrás después de ir al baño (en el caso de las mujeres) [5].
En el caso de los tumores renales, comprenden desde quistes benignos hasta tumores malignos metastásicos. Se diagnostican por medio de una tomografía computarizada multidetectora. En la actualidad, cada vez más se encuentran tumores por casualidad, a través de una ecografía, en un momento en que todavía no hay síntomas.
El hecho de encontrarlos tempranamente favorece su tratamiento con una cirugía conservadora. Y en cuanto al cáncer renal metastásico, hoy se emplean nuevas terapias dirigidas, como los antiangiogénicos, que son muy prometedores hacia el futuro [6].
Los antiangiogénicos son medicamentos que inhiben o reducen la formación de nuevos vasos sanguíneos. Ello es clave para impedir el crecimiento de los tumores y evitar que sigan diseminándose, pues el tumor necesita los nutrientes transportados por los vasos sanguíneos para crecer [7].
Finalmente, los cálculos renales. Su tamaño puede ser el de un grano de arena o una perla y su hábitat es el riñón, aunque a veces pueden trasladarse por los uréteres hacia la vejiga y salir del cuerpo a través de la orina. Pueden ser muy dolorosos y pueden requerir una operación para sacarlos de tu cuerpo [8].
Los signos de la presencia de cálculos son: dolor al orinar, sangre en la orina, dolor en la espalda o en el abdomen bajo, náuseas y vómitos. La mejor manera de prevenir las piedras en los riñones se basan en tomar mucho líquido: de 8 a 12 tazas diarias. Además, puedes ayudar a controlar la enfermedad de los riñones con las siguientes acciones [9]:
Es importante cuidar los riñones, pues su función es fundamental. Entre otras cosas, eliminan toxinas, desechos metabólicos y exceso de iones de la sangre, los cuales se evacuan en la orina [10]. Proporcionan un equilibrio de agua, sales y minerales (como sodio, calcio, fósforo y potasio) en la sangre [11].
Por otro lado, los niños pueden padecer la enfermedad de los riñones. Esta se origina por infecciones u otros problemas de salud y puede derivar en hipertensión o en la acumulación de desechos malos en el cuerpo. Hay que descartar la enfermedad con una prueba de orina, que muestra si hay albúmina en la orina.
La albúmina es una proteína presente en la sangre y que es muy grande para pasar a través de riñones sanos. Sin embargo, si los riñones del niño no funcionan bien, la albúmina pasa a la orina. El nefrólogo pediátrico puede descartar cualquier problema o brindar el tratamiento necesario.
Ahora bien, ¿cuál es la diferencia entre un nefrólogo y un urólogo? El primero es un médico especialista en riñones y trata todos los males derivados de un problema renal o que afecten el riñón. El urólogo, además del riñón, se encarga de problemas de las vías urinarias en general y de los órganos reproductores [12].
Las vías urinarias abarcan riñones, uréteres vejiga y uretra. Además, atiende problemas de los órganos reproductores masculinos. Entonces, ¿cuándo ver a un nefrógo? Cuando el problema de salud es específico del riñón [13].
La nefrología es una subespecialidad de la medicina interna. El nefrólogo se encarga de monitorear el equilibrio de líquidos y electrolitos en el cuerpo y la diálisis, cuando es requerida. También receta medicamentos para la hipertensión o la enfermedad renal.
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REFERENCIAS: