Un ataque cardiaco es una forma extrema de dolor del músculo del corazón y una señal que indica que una parte de tu corazón no está funcionando como debería. Usualmente, ocurre cuando un bloque de grasa o una placa en las arterias reduce o corta totalmente el paso de la sangre y oxígeno que va dirigido hacia tu corazón. Otras veces una pequeña placa puede quebrarse y formar un coágulo de sangre alrededor en la arteria, lo que también bloquea el paso de la sangre y oxígeno.
En cualquiera de los dos casos, sin la cantidad de oxigeno necesaria, el corazón empieza a fallar y eso ocasiona un ataque cardiaco.
Muchos estudios han demostrado que los hombres y las mujeres no comparten al 100% los mismos síntomas cuando se presenta un infarto. Por esto, es importante reconocer estos signos para asegurar su detección temprana y actuar lo más rápido posible frente a un ataque cardiaco.
Es recomendable realizar una actividad física por lo menos 30 minutos al día, durante 5 días a la semana, para reducir los riesgos de sufrir un ataque cardiaco. No es necesario realizar un deporte en específico, ya que también se puede salir a caminar o hacer las tareas domésticas constantemente.
Tener una dieta saludable es reducir el consumo de grasas saturadas y sal, ya que estas elevan la presión arterial que puede llevar a obstruir las arterias y finalmente a producir un ataque cardíaco.
Es importante llevar una vida más saludable no solo en el lado externo, sino también dejando de lado las preocupaciones y tensiones que puedan causar una subida en la presión arterial.
Controla tu presión arterial, niveles de grasa y glucosa en el cuerpo acudiendo al médico constantemente, sobre todo si tienes antecedentes de sufrir algún riesgo cardiovascular.
Recuerda, es importante reaccionar con rapidez ante los síntomas de un infarto, ya que su detección temprana puede salvar muchas vidas. Si crees estar frente a uno de estos casos, dirígete a emergencias inmediatamente, ya que aquí aplicarán los primeros auxilios o determinarán a qué se enfrentan.